Rusia desarrolla un sistema de defensa global que permitirá proteger la Tierra de las amenazas que representan los asteroides.
Recientemente nuestro planeta
evitó la colisión con el asteroide Apophis, pero en 2029 volverá a
sobrevolar la Tierra. De acuerdo con los datos de la NASA, cerca de 47
000 asteroides con un diámetro superior a los cien metros que permanecen
a menos de ocho millones de kilómetros de distancia representan un
peligro potencial para la Tierra. En el siglo XXI son hipotéticamente
posibles once impactos, cuatro de ellos podrían ocurrir hasta 2050.
Es
necesario defenderse de estos visitantes indeseables, buscando medidas
de protección óptimas. Los científicos rusos han desarrollado un plan,
señala el portavoz del Centro de Construcción de Cohetes Académico
Makéev, Serguéi Majankov:
—Existe
la opción de destruir estos viajeros peligrosos, de modo que sea
necesario la fabricación de dispositivos que fraccionen los asteroides
en objetos más pequeños. Otra opción es colocar sobre los astroides
aparatos que permitan cambiar su trayectoria.
Para
transportar este equipo a los asteroides podrían usarse los misiles
balísticos intercontinentales, explica el colaborador del mencionado
centro de investigación, Sabit Garaev:
—El
aparato dotado de un motor y sistema de control se acoplaría al misil
que tras elevarlo unos millones de kilómetros, lo soltaría. Hemos
diseñado el dispositivo para el reconocimiento, Kaissa y otro, de
choque, Kapkán. En 2012 nos disponemos a lanzar hacia el Apophis el
aparato de reconocimiento que obtenga pruebas del suelo y coloque
sensores, lo que nos permita seguir este asteroide de cerca, teniendo en
cada momento sus coordenadas exactas. Y en 2036, si persiste la amenaza
de la colisión con la Tierra, lanzaríamos el Kapkán que consta de
varios módulos de choque. Harían explotar o empujarían el asteroide.
Para
colocar Kapkán sobre la superficie del asteroide, se podría usar los
misiles del tipo Angará, Rus o incluso el misil balístico
intercontinental con el que se está reemplazando el modelo Voevoda.
Según el experto, dichos modelos pueden transportar cargas a distancias
de hasta diez millones de kilómetros, lo suficiente para llegar hasta
Apophis.
La opción más idónea sería la destrucción del asteroide, suponen los investigadores.
—Podríamos
colocar el número necesario de dispositivos para fraccionar el
asteroide en trozos hasta cuarenta metros que ya no presentan peligro
alguno. Se queman casi por completo en la atmósfera, precisa Sabit Garaev.
El
sistema de defensa funcionaría, en caso de acercarse a la Tierra un
cuerpo celeste con un diámetro superior a los 1.5 kilómetros. No
salvaría contra un cometa gigante que se desplaza con una velocidad de
setenta kilómetros por segundo, pero esta posibilidad sólo la hay una en
cada treinta millones de daños, añade el científico.
ach/rl/sn
http://spanish.ruvr.ru/
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