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A días de que Papa Francisco presentara la Laudato si, la encíclica en
la que llama a una revolución cultural para salvar al planeta del
calentamiento global, se suman las voces que, desde la ciencia, auguran
que no le queda mucha más vida al mundo.
En un artículo publicado por Reuters esta semana, el ingeniero y escritor estadounidense David Auerbach recuperó una teoría esbozada en 2010 por el reconocido microbiólogo australiano Frank Fenner. El científico, que a lo largo de su trayectoria fue fundamental para erradicar la viruela, y que recibió condecoraciones como el Premio Mundial de Ciencias Albert Einstein y una Medalla de la Organización Mundial de la Salud, sostuvo que el planeta colapsaría hacia el año 2100. No es que la Tierra sencillamente desaparecería, sino que las condiciones ambientales harían imposible la vida para muchas especies, incluido el ser humano. Las claves explicativas de su hipótesis son la superpoblación, la destrucción del medio natural y el cambio climático. Lo más alarmante del planteo de Fenner, que murió en 2010, es que se trataría de un proceso irreversible. Las transformaciones provocadas en el planeta desde la primera era de la industrialización fueron tan grandes que ningún cambio, por más rotundo que sea, podría evitar el fin. Su visión del futuro era verdaderamente apocalíptica. Para él recién estamos viendo los efectos iniciales del calentamiento global, que rápidamente desencadenará un agotamiento de los recursos naturales. Ese proceso, sumado al incesante incremento de la población, daría lugar a que se desaten cruentas guerras por la comida. Lo cierto que la mayoría de los científicos no son tan pesimistas. Pero todos coinciden en que, de no hacer cambios drásticos -una "revolución cultural", en palabras del Papa-, las condiciones de vida en la Tierra terminarán volviéndose insostenibles. Tarde o temprano. http://www.infobae.com |
Exposiciòn de lo tangible, nuevos descubrimientos en lo desconocido, universo y mente, lo que mis ojos no ven, realidad o ficciòn.
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viernes, 19 de junio de 2015
Cientificos advierten: al mundo le quedan 100 años de vida
jueves, 7 de febrero de 2013
Los cuatro elementos serán protagonistas del fin del mundo
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Alexánder Panichev y Alexánder Gulkov,
profesores de la Universidad Federal del Lejano Oriente, presagian un
apocalipsis cósmico que amenazaría a nuestro planeta, con la
participación de todos los elementos: el agua, el aire, la tierra y el
fuego.
Esta nueva versión del fin del
mundo no deja a la Tierra posibilidades algunas de salvación. Los
investigadores expusieron su hipótesis y visión propia de las bases del
universo en el libro titulado, El Absoluto y el Hombre.
Los
científicos del Lejano Oriente estudiaron testimonios geológicos de
tres catástrofes: el “diluvio mundial”, el período glacial y la
extinción de los dinosaurios. Ellos llegaron a la conclusión que, todos
estos cataclismos ocurrieron según un mismo libreto. Es más, su comienzo
coincidió con un hecho global, de corta duración,
que “descentró” la
biósfera y condujo a la extinción masiva de las especies.
En
la búsqueda de la respuesta a la interrogante sobre cuál fue ese hecho
global, los profesores Panichev y Gulkov recordaron un efecto poco
conocido. Este fue descubierto, en 1985, por el cosmonauta soviético
Vladímir Dzhanibekov, quien durante el vuelo estableció que, los cuerpos
en condiciones de ingravidez, realizan virajes inesperados de 180
grados, con respecto al eje de rotación.
Los
investigadores piensan que, “el efecto Dzhanibekov” puede explicar las
causas de las catástrofes en la Tierra. Es posible que, el planeta haya
realizado también esas mismas “volteretas en el estado de ingravidez”,
con lo que podría haber cambiado la dirección de la rotación. Si ahora
gira a la izquierda en torno al eje, es posible que, después de ese
“salto” comenzara a girar a la derecha. La teoría de la “inversión
axial” explica también, por qué una parte de los planetas del sistema
solar giran en dirección contraria con respecto a la Tierra. Es posible
que ellos realizaran también esas vueltas, pero no sincrónicamente con
nuestro planeta.
Panichev y Gulkov destacan que, las
consecuencias de la “inversión axial” de la Tierra recuerdan el fin del
mundo. Los bosques y los suelos se elevarán en el aire, volarán a
distancias considerables para desplomarse como montones en bajíos. Y al
cabo de millones de años, esos colosales barrancos se convertirán en
yacimientos de carbón de piedra. Después del “salto” de la Tierra, una
ola de mar gigantesca, comparada con el maremoto recorrerá el globo
terráqueo provocando el “diluvio universal”. A juicio de estos
científicos, se salvarán tan solo las regiones de alta montaña.
Después
de la “voltereta”, la Tierra se estremecerá y de sus entrañas saldrán
llamas y lava. Las cenizas que alcanzarán la estratósfera impedirán que
la luz solar llegue al planeta, en el que, por milenios se establecerá
un nuevo “período glacial”. La mayoría de los organismos vivos estarán
condenados a la desaparición.
Panichev y Gulkov
consideran que, en la Tierra hay un cúmulo de pruebas de los hechos que
ocurrieron según este guion. Los científicos estiman que, un testimonio
de tales catástrofes son los pasos bruscos de las rocas marinas a la
parte continental. Consecuencia de las potentes erupciones de los
volcanes pueden ser consideradas las gigantescas mesetas de basalto, que
se formaron en las épocas que, en los plazos, son congruentes con la
hipótesis de Panichev-Gulkov. Los enormes cementerios de dinosaurios,
tendidos en millares de hileras, ¿qué mejor testimonio de los maremotos
devastadores?
“No tenemos razones para descartar que
esta cadena de hechos se repita”, afirman los científicos del Lejano
Oriente. Pero, ¿cuándo? Según sus cálculos, los cataclismos planetarios
ocurrieron con intervalos de veintitrés a treinta millones de años. El
último de ellos ocurrió hace unos veinticinco millones de años. Así las
cosas, los profesores Alexánder Panichev y Alexánder Gulkov estiman que,
la “jugarreta” de la Tierra se puede ocurrir, literalmente, un día
cualquiera.
sb/mo/sn
http://spanish.ruvr.ru/
lunes, 12 de noviembre de 2012
Astrónomos descubren planeta parecido a la Tierra
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© Foto: SXC.hu
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Un grupo de astrónomos de Gran Bretaña y
Alemania descubrieron un planeta en las proximidades de una estrella
semejante a nuestro Sol, a cuarenta y cuatro años luz de nuestro Sistema
Solar.
Por ahora, es el cuerpo celeste
más próximo a la Tierra fuera del Sistema Solar, donde las condiciones
son más o menos parecidas a las terrestres. El hallazgo fue hecho con
telescopios instalados en Chile.
Los planetas
extrasolares empezaron a ser descubiertos en los años 1990 con la
aparición de instrumentos mucho más sensibles. Desde entonces fueron
descubiertos unos ochocientos. La mayoría son gigantes gaseosos
parecidos a Júpiter, o cuerpos sólidos que orbitan cerca de una
estrella, dado que su superficie es candente. Para que las condiciones
en el cuerpo celeste sean apropiadas para la vida, parecida a la
terrestre, debe encontrarse a una distancia rigurosa de la estrella, ni
más ni menos, en la “zona de habitabilidad”. En agua, en caso de que
exista, permanece en estado líquido. Precisamente en tal zona se
encontraba uno de los tres planetas detectados por los astrónomos. Los
otros dos están fuera de esa zona.
Se aclaró asimismo
que el planeta tiene un movimiento de rotación axial. Esto eleva las
posibilidades de que allí pueda haber vida, tal como la entendemos
nosotros, dice el astrofísico del Observatorio de Púlkovo, Serguei
Smirnov:
—Lo
importante es que no haya un movimiento de rotación sincronizada, como
en la Luna, que hace que veamos siempre la misma cara, y que tenga no
solo un período de rotación anual en torno a la estrella, sino también
diario, diferente al anual. Esto es un ejercicio adicional para la
biosfera que allí podría surgir. El ciclo vital de la luz, la sombra, el
calor y el frío es muy importante para el momento ejercitante. La gente
se acostumbró a las oscilaciones de la luz. Nosotros soportamos la
oscuridad completa y también podemos permanecer en la playa o en la
nieve deslumbrante. Lo mismo pasa con el calor o el frío. Hay organismos
que en estos diapasones superan un poco al ser humano.
La
masa de dicho planeta es siete vez mayor a la de la Tierra. La elevada
fuerza de gravedad prácticamente no influiría sobre el clima, pero sí en
el tamaño de los hipotéticos seres vivo, prosigue Serguei Smirnov:
—Si
allí surgiera la vida en formas desarrolladas, como en los organismos
terrestres, por ejemplo, los elefantes, cabe suponer que bajo una gran
fuerza de gravedad ellos estarían comprimidos, serían de menor tamaño.
No podría haber ejemplares grandes.
Si bien
esta lógica pertenece a los filósofos del siglo XVIII, que reflexionaban
sobre la habitabilidad de Júpiter y Saturno, subraya el científico.
Ellos pensaban que los “habitantes” de Júpiter y Saturno eran de tamaño
pequeño. No sabían que en los gigantes gaseosos, en general, no hay
superficie sólida.
Por su parte, el jefe de sección del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, Oleg Malkov, dijo a La Voz de Rusia que no debe ligar la presencia de la biosfera a las condiciones similares a las terrestres:
—Contamos
con un solo ejemplo de existencia de vida en el Universo – nuestra
propia vida. Por eso estamos buscando planetas que se parezcan a la
Tierra en todo: por la masa, por el radio, por la distancia que los
separan del astro central. Entonces es más probable que pueda surgir un
tipo de vida como la nuestra. Pero no se puede afirmar que la vida puede
ser únicamente como la nuestra.
En principio, Serguei Smirnov está de acuerdo:
—Las
reflexiones sobre la “zona de habitabilidad” corresponden al nivel de
la ciencia de mediados del siglo XX. Ahora se puede plantear de forma
mucho más amplia la cuestión de la existencia de vida en diferentes
diapasones de temperaturas y composición química, de las atmósferas
planetarias, de los océanos o superficies sólidas. En los últimos
tiempos se considera que en el Sistema Solar el cuerpo celeste más
apropiado para la vida no es Marte, sino los satélites de los planetas
gigantes, particularmente Europa, de proporciones similares a nuestra
Luna y cubierto con un grueso manto de hielo. Por lo visto, debajo de
esa capa se encuentran las reservas más grandes de agua líquida en el
Sistema Solar, en la cual puede haber vida.
Es más, los interlocutores de La Voz de Rusia
indican que la vida extraterrestre no obligatoriamente debe tener como
base los mismos elementos que en la Tierra: carbono, hidrógeno, oxígeno y
fósforo. Teóricamente son posibles las formas de vida
sulfúreo-fosfórica, silícea. Éstas no necesitan una atmósfera con un
alto porcentaje de oxígeno como en la Tierra. La atmósfera de ningún
exoplaneta contiene oxígeno. Los espectrógrafos modernos lo hubiesen
detectado. Dicho sea de paso, tampoco lo hubo en el aire de la Tierra
temprana, cuando aparecían los primeros microorganismos. Solo mucho
después, gracias a los vegetales y la fotosíntesis, el contenido de
oxígeno empezó a aumentar.
Los ritmos de
descubrimiento de nuevos exoplanetas aumentan de forma permanente. Y,
durante muchas décadas, éste será un tema inquietante tanto para los
biólogos como para los astrofísicos. Hay que prepararse para las
sorpresas.
mj/mo/ap
Boris Pávlischev / http://spanish.ruvr.ru
domingo, 28 de octubre de 2012
El calentamiento global sigue avanzado
© Foto: SXC.hu
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A fines de noviembre en la ciudad de Doha, capital de Qatar, se inaugurará la conferencia de la ONU sobre el cambio climático.
El calentamiento global sigue
avanzando y nadie sabe cómo detenerlo. A la vez, entre los científicos
hay quienes sostienen la idea de que no hay que luchar en general contra
el calentamiento. Expertos versados en los caprichos globales de la
naturaleza compartieron con corresponsales de La Voz de Rusia su opinión sobre la magnitud del problema.
El
calentamiento global es fruto del dióxido de carbono CO2. Este producto
de la actividad vital humana se emite en enormes cantidades a la
atmósfera. Al propio tiempo, existe la opinión de que el hombre en
principio no es capaz de influir de forma radical sobre el clima del
planeta. Y todo lo que se dice del calentamiento es un “complot” de los
alarmistas, políticos e industriales.
A la pregunta
de la influencia sobre la atmósfera de las emisiones de CO2 se puede
responder: “sí, influye” y “no, no influye”, dijo a La Voz de Rusia
el director del laboratorio de investigaciones científicas de los
problemas globales de la energía del Instituto de Energía de Moscú,
Vladímir Klimenko:
—Imagínese
usted que en los últimos quince años las emisiones en el mundo se
incrementaron en un 20 % y la temperatura descendió. ¿Qué se desprende
de esto? ¿Que las emisiones no influyen sobre la temperatura? No.
¿Existe un calentamiento global en general? Sí, existe. ¿Seguirá
desarrollándose en adelante? Sí, y peligrosamente si no se consigue
contener este calentamiento global dentro de los límites de
aproximadamente un grado del nivel actual.
Hasta
no hace mucho tiempo se intentaba luchar con el calentamiento global y
con otros cambios climáticos restringiendo las emisiones de carbono de
todas las empresas industriales posibles. Se luchaba en el marco de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y con
acuerdos restrictivos. Estas limitaciones resultaron ser insuficientes.
Además, los principales emisores de CO2 – China, India y
fundamentalmente EEUU, no asumieron ningún compromiso por
consideraciones económicas. Así las cosas, no se logra reducir las
emisiones de carbono.
Ahora los científicos proponen
liberarse del CO2 directamente en la atmósfera o simplemente proteger la
Tierra del exceso de rayos solares. Pero las consecuencias de la
intromisión del hombre en la síntesis natural son imprevisibles, dijo a La Voz de Rusia el director del programa El clima y la energía del Fondo Mundial para la Naturaleza, Alexei Kokorin:
—Teóricamente
incluso se puede atrapar el CO2 de la atmósfera, tal tecnología existe,
y bombearlo, por ejemplo, hacia abajo de la Tierra o hacia las
profundidades del océano. El asunto reside en qué resulta más barato: el
ahorro de energía, el rendimiento energético o el desarrollo de la
energía renovable. Por otra parte, existe la posibilidad teórica de
influir sobre el clima, por ejemplo, con una placa de sulfato. Pero
estas cosas son muy peligrosas, porque los modelos computarizados
muestran que podemos provocar un brusco cambio del clima si empezamos a
hacer algo tipo placa de sulfato y se producirá súbitamente un frío
glacial.
El profesor Vladímir Klimenko formula una pregunta retórica: ¿Acaso hace falta luchar en general con el calentamiento global?
—Desde
mi punto de vista no hace falta, porque la correlación de factores
antropogénicos y naturales es tal que la velocidad de la elevación de la
temperatura en la próxima década será inferior a la alcanzada en los
últimos treinta años y que tanto asustó a la opinión pública mundial.
Uno de los factores más importantes es que la actividad solar está
bajando. Por consiguiente, baja la cantidad de calor que llega a la
Tierra desde el Sol. De tal modo, el Sol se contrapone de alguna manera
al creciente efecto invernadero. El quid de la cuestión consiste en cuál
será la suma de los numerosos factores que influyen sobre el clima.
En
opinión de Klimenko, si para la mayor parte de Rusia la subida de la
temperatura puede tener incluso algunas consecuencias positivas, pues
para muchos países africanos y estados isleños del océano Pacífico los
cambios climáticos serán fatales. De ciertas consecuencias negativas o
positivas del calentamiento global tiene sentido hablar únicamente en el
aspecto geográfico concreto.
mj/mo/ap
http://spanish.ruvr.ru
lunes, 8 de octubre de 2012
La NASA difunde fotografías de extraños objetos en Marte
Las fotografías se publicaron en la cuenta de Facebook de la agencia
espacial.
Unas fotografías publicadas por la NASA muestran dos grupos de
misteriosos objetos en la superficie de Marte.
Las imágenes, que la agencia espacial ha compartido en su cuenta de
Facebook, muestran dos grupos de objetos que fueron avistados por
primera vez en 1998 desde una distancia de unos 320 kilómetros de la
superficie de Marte.
En una de las fotografías, tomada por la sonda Mars Reconnaissance
Orbiter en enero de 2010, se aprecian "unas pequeñas manchas negras que
salpican las crestas [de unos montes], sobre todo en el lado soleado,
como arañas en fila tomando el sol", señala la NASA, que además agrega
que curiosamente aparecen cuando la superficie del Planeta Rojo se
empieza a calentar y desaparecen cuando se aproxima el invierno.
Todavía se desconoce de qué se trata, pero hay quienes sugieren que
podrían ser géiseres de CO2 explotando desde debajo de la superficie del
planeta e incluso “colonias de microorganismos tomando el sol”.
La presencia de Curiosity en Marte, que se prepara para tomar su primera
muestra de suelo marciano, podría ayudar a esclarecer qué son realmente
estos objetos.
NASA
http://actualidad.rt.com
lunes, 1 de octubre de 2012
La primavera marciana, más cálida de lo que se pensaba
La primavera marciana resultó más cálida de lo que pensaban los investigadores, con unas temperaturas mínimas de -75ºC y máximas de hasta 6ºC, según una medición realizada por el instrumento español REMS (Rover Environmental Monitoring Station) a bordo del todoterreno Curiosity de la NASA.
La medición se hizo en una zona donde comienza la primavera.
“Que en estas fechas haya temperaturas tan altas de día es
sorprendente y muy interesante”, comentó un miembro del equipo REMS del
Centro de Astrobiología en Madrid, Felipe Gómez.
Si esta tendencia se prolongara hasta verano, dijo, las temperaturas
podrían subir incluso a 20 grados Celsius, lo cual “sería realmente
excitante desde el punto de vista de la habitabilidad” de Marte.
Con un clima tan cálido, la presencia de agua líquida en Marte podría
detectarse con regularidad. Al mismo tiempo, el investigador admitió
que aún es prematuro decir, si es algo que realmente va a ocurrir o las
altas temperaturas son una anomalía.
El instrumento REMS, desarrollado por el Centro de Astrobiología en cooperación con la empresa CRISA, permite
monitorear las condiciones ambientales de Marte, registrando las
temperaturas del aire y del suelo, la presión, la humedad relativa y
otros parámetros.
El robot Curiosity detectó la víspera nuevas evidencias de que Marte tuvo ríos de agua en el pasado.
El vehículo explorador de la NASA descubrió una zona de guijarros
cuyo tamaño y forma hacen pensar en un antiguo cauce que se estaba
moviendo a una velocidad de casi 3,6 kilómetros por hora.
En cuanto a la profundidad, habría alcanzado el tobillo o hasta la
cadera de una persona, según William Dietrich, uno de los responsables
del proyecto Curiosity.
© REUTERS/ NASA/JPL-Caltech/Handout
http://sp.rian.ru/
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Gliese 163C: el planeta recién descubierto que podría albergar la vida.
En la superficie del planeta podría haber vida .
Astrónomos han localizado un nuevo planeta extrasolar de la categoría
'supertierra' en la zona habitable de la estrella Gliese 163 al que han
denominado Gliese 163c. Por sus características, el cuerpo celeste entra
en la lista de los planetas aptos para vivir.
El nuevo planeta descubierto a una distancia de unos 50 años luz de la
Tierra, el Gliese 163c, alarga la lista de cuerpos celestes descubiertos
fuera de nuestro sistema solar, pero con la excepcion de que se suma a
la pequeña lista de planetas potencialmente habitables o tambien
conocidos como 'supertierras', nombre que se da a los planetas cuya
orbita esta dentro de la zona conocida como habitable, en la que el agua
podría estar en estado líquido.
Los datos del Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta
Precisión (HARPS, por sus siglas en inglés) muestran que Gliese 163c
podría tener un tamaño de entre 1,8 y 2,4 veces el radio de la Tierra,
dependiendo de la proporción de roca o agua de la que esté compuesto.
Como afirma Xavier Bonfils, experto de la Universidad de Joseph-Fourier
de Grenoble (Francia), todavía no se sabe con certeza si se trata de un
planeta terrestre o no.
Los planetas masivos de este tipo pueden ser
terrestres, oceánicos o exteriores gaseosos, como Neptuno.
En palabras de Bonfils, Gliese 163c dispone de una amplia gama de
estructuras y composiciones que le permiten ser un planeta habitable.
Pero lo que ha motivado a los científicos para clasificar
definitivamente el planeta como habitable es la temperatura de su
superficie, que podría ser de unos 60 grados Celsius. Aunque esa
temperatura es bastante elevada para albergar organismos complejos, es
muy probable que sea apta para la vida de los microbios.
Además, los
expertos creen que la dicha temperatura en el planeta sí que puede
permitir la existencia de agua líquida superficial.
Según Abel Méndez, empleado del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria,
últimamente se encuentran más planetas habitables que antes. De los
seis planetas encontrados recientemente, cuatro fueron descubiertos
durante el último año. Los astrónomos esperan que en el futuro se
encuentren más mundos extrasolares similares a la Tierra en nuestra
"vecindad" solar.
PHL @ UPR Arecibo, NASA/IPAC IRSA
http://actualidad.rt.com
lunes, 24 de septiembre de 2012
Nibiru, mítico planeta que ‘chocará con la Tierra’, vuelve a la mira de los internautas
Se asevera que se alejaría sólo después del 1 julio de 2014 y hasta
entonces la Tierra se vería azotada por desastres naturales.
Una ola de artículos y comentarios pseudocientíficos que predicen un
próximo choque de la Tierra con el mítico Nibiru -misterioso planeta de
la mitología babilónica- ha ‘inundado’ Internet los últimos días. Los
usuarios de la red incluso llegaron a precisar la fecha de la
“inminente” catástrofe.
Así, en varios blogs y medios de comunicación aparece la información
sobre que el choque entre planetas ocurrirá el 21 de noviembre de 2012.
Varios materiales afirman que los datos cuentan con el apoyo de la NASA,
hecho que el propio organismo jamás ha confirmado.
En los artículos se asevera que Nibiru se alejaría de la Tierra sólo
después del 1 julio de 2014 y hasta entonces nuestro planeta se vería
azotado por una cadena de desastres naturales.
La ciencia dice 'no'
Por otro lado, desde los foros científicos se alerta sobre una creciente
estrategia para confundir y alimentar el mito de la existencia de
Nibiru, que no es detectable por telescopios. Para los astrónomos, “las
persistentes declaraciones acerca de este planeta cercano pero invisible
son simplemente absurdas”.
En la mitología babilónica Nibiru significaba ‘lugar que cruza’ o ‘lugar
de transición’ y representaba a un cuerpo celeste asociado con el dios
Marduk. En muchos textos mesopotámicos se identifica con el planeta
Júpiter, aunque también se asocia con la Estrella Polar.
La idea de Nibiru como ‘Planeta X’ fue propuesta por el arqueólogo y
escritor Zecharia Sitchin, quién la basó en el concepto de que las
civilizaciones antiguas habrían obtenido sus conocimientos y su
desarrollo gracias a hipotéticos contactos con extraterrestres.
Otro escritor e investigador turco, Burak Eldem, publicó recientemente
un libro titulado ‘2012: cita con Marduk’, donde sugiere que son 3.661
años los que duraría el período orbital de Nibiru, con lo cual el
planeta estará de vuelta en el año 2012.
http://actualidad.rt.com
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