lunes, 12 de noviembre de 2012

Astrónomos descubren planeta parecido a la Tierra

 
Astrónomos descubren planeta parecido a la Tierra 

© Foto: SXC.hu
Un grupo de astrónomos de Gran Bretaña y Alemania descubrieron un planeta en las proximidades de una estrella semejante a nuestro Sol, a cuarenta y cuatro años luz de nuestro Sistema Solar.
Por ahora, es el cuerpo celeste más próximo a la Tierra fuera del Sistema Solar, donde las condiciones son más o menos parecidas a las terrestres. El hallazgo fue hecho con telescopios instalados en Chile.
Los planetas extrasolares empezaron a ser descubiertos en los años 1990 con la aparición de instrumentos mucho más sensibles. Desde entonces fueron descubiertos unos ochocientos. La mayoría son gigantes gaseosos parecidos a Júpiter, o cuerpos sólidos que orbitan cerca de una estrella, dado que su superficie es candente. Para que las condiciones en el cuerpo celeste sean apropiadas para la vida, parecida a la terrestre, debe encontrarse a una distancia rigurosa de la estrella, ni más ni menos, en la “zona de habitabilidad”. En agua, en caso de que exista, permanece en estado líquido. Precisamente en tal zona se encontraba uno de los tres planetas detectados por los astrónomos. Los otros dos están fuera de esa zona.
Se aclaró asimismo que el planeta tiene un movimiento de rotación axial. Esto eleva las posibilidades de que allí pueda haber vida, tal como la entendemos nosotros, dice el astrofísico del Observatorio de Púlkovo, Serguei Smirnov:
—Lo importante es que no haya un movimiento de rotación sincronizada, como en la Luna, que hace que veamos siempre la misma cara, y que tenga no solo un período de rotación anual en torno a la estrella, sino también diario, diferente al anual. Esto es un ejercicio adicional para la biosfera que allí podría surgir. El ciclo vital de la luz, la sombra, el calor y el frío es muy importante para el momento ejercitante. La gente se acostumbró a las oscilaciones de la luz. Nosotros soportamos la oscuridad completa y también podemos permanecer en la playa o en la nieve deslumbrante. Lo mismo pasa con el calor o el frío. Hay organismos que en estos diapasones superan un poco al ser humano.
La masa de dicho planeta es siete vez mayor a la de la Tierra. La elevada fuerza de gravedad prácticamente no influiría sobre el clima, pero sí en el tamaño de los hipotéticos seres vivo, prosigue Serguei Smirnov:
—Si allí surgiera la vida en formas desarrolladas, como en los organismos terrestres, por ejemplo, los elefantes, cabe suponer que bajo una gran fuerza de gravedad ellos estarían comprimidos, serían de menor tamaño. No podría haber ejemplares grandes.
Si bien esta lógica pertenece a los filósofos del siglo XVIII, que reflexionaban sobre la habitabilidad de Júpiter y Saturno, subraya el científico. Ellos pensaban que los “habitantes” de Júpiter y Saturno eran de tamaño pequeño. No sabían que en los gigantes gaseosos, en general, no hay superficie sólida.
Por su parte, el jefe de sección del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, Oleg Malkov, dijo a La Voz de Rusia que no debe ligar la presencia de la biosfera a las condiciones similares a las terrestres:
—Contamos con un solo ejemplo de existencia de vida en el Universo – nuestra propia vida. Por eso estamos buscando planetas que se parezcan a la Tierra en todo: por la masa, por el radio, por la distancia que los separan del astro central. Entonces es más probable que pueda surgir un tipo de vida como la nuestra. Pero no se puede afirmar que la vida puede ser únicamente como la nuestra.
En principio, Serguei Smirnov está de acuerdo:
—Las reflexiones sobre la “zona de habitabilidad” corresponden al nivel de la ciencia de mediados del siglo XX. Ahora se puede plantear de forma mucho más amplia la cuestión de la existencia de vida en diferentes diapasones de temperaturas y composición química, de las atmósferas planetarias, de los océanos o superficies sólidas. En los últimos tiempos se considera que en el Sistema Solar el cuerpo celeste más apropiado para la vida no es Marte, sino los satélites de los planetas gigantes, particularmente Europa, de proporciones similares a nuestra Luna y cubierto con un grueso manto de hielo. Por lo visto, debajo de esa capa se encuentran las reservas más grandes de agua líquida en el Sistema Solar, en la cual puede haber vida.
Es más, los interlocutores de La Voz de Rusia indican que la vida extraterrestre no obligatoriamente debe tener como base los mismos elementos que en la Tierra: carbono, hidrógeno, oxígeno y fósforo. Teóricamente son posibles las formas de vida sulfúreo-fosfórica, silícea. Éstas no necesitan una atmósfera con un alto porcentaje de oxígeno como en la Tierra. La atmósfera de ningún exoplaneta contiene oxígeno. Los espectrógrafos modernos lo hubiesen detectado. Dicho sea de paso, tampoco lo hubo en el aire de la Tierra temprana, cuando aparecían los primeros microorganismos. Solo mucho después, gracias a los vegetales y la fotosíntesis, el contenido de oxígeno empezó a aumentar.
Los ritmos de descubrimiento de nuevos exoplanetas aumentan de forma permanente. Y, durante muchas décadas, éste será un tema inquietante tanto para los biólogos como para los astrofísicos. Hay que prepararse para las sorpresas.

mj/mo/ap
Boris Pávlischev  / http://spanish.ruvr.ru

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