martes, 31 de marzo de 2015

Así afectan las diferentes enfermedades a nuestra flora intestinal




Dos estudios españoles han conseguido clasificar los efectos que causan dolencias como la obesidad o el lupus en nuestra microbiota
 
Desde la diarrea, hasta la obesidad. Los efectos de estas dolencias son ampliamente conocidos a día de hoy por la sociedad. No obstante, además de lo visible, también provocan severos problemas en nuestra flora intestinal que no habían habían sido catalogados hasta ahora. Y decimos «hasta ahora» porque, gracias a un los expertos españoles se ha logrado finalmente cuantificar y clasificar el efecto que las diferentes enfermedades tienen en la actividad de las bacterias intestinales.

Este revolucionario método ha sido creado gracias a dos estudios de la Universitat de València (UV) y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio). 

Los trabajos han sido publicados en las revistas «Scientific Reports» e «ISME Journal» (del grupo «Nature») y han contado además con la ayuda de otras tantas instituciones de nuestro país.
Concretamente, los expertos han conseguido poner de relieve como fisiopatologías como el lupus o la diarrea pueden segregarse en base a la composición de las especies químicas que componen el tracto gastrointestinal. Esta diferenciación no se aprecia cuando se analizan las poblaciones microbianas, tal y como se venía haciendo hasta la fecha.

Y es que, hasta ahora solo se sabía que la flora intestinal humana, conocida como microbiota, podía considerarse como un órgano adicional en el cuerpo y podía dañarse o modificarse debido a enfermedades como el Crohn, la colitis ulcerosa, la obesidad o el cáncer (entre otras). 

«Hasta hoy no se había esclarecido claramente qué enfermedades producen o no las mismas o diferentes alteraciones en la microbiota alterada y si en base a ello es posible clasificar diferentes enfermedades», ha destacado la UV en un comunicado.

Además, tampoco se sabía si, como explica el catedrático de Genética de la Universitat de València Andrés Moya, en presencia de múltiples enfermedades o físiopatologías alguna de ellas dominaba a la hora de inducir cambios gastrointestinales. «Definir tales cambios es importante ya que de estos puede depender no solo la progresión de la enfermedad, sino también de nuestra salud», destaca el experto.

El estudio

Para llegar a estas conclusiones, los expertos han analizado por primera vez, y en varios grupos de pacientes, la composición y la diversidad de especies químicas producidas por las bacterias intestinales (lo que se conoce como metaboloma) . Un primer grupo lo formaban sujetos con lupus; el segundo pacientes con diarrea infecciosa causada por la bacteria patógena «Clostridium difficile» y, finalmente, el tercero contaba con pesonas sanas. 

Durante el estudio, los investigadores procedieron a la separación de las bacterias del material fecal y a la extracción y análisis por espectrometría de masas de última generación de los metabolitos bacterianos. Las conclusiones fueron claras.

A más peso, más cambios en la flora intestinal

En primer lugar, se ha establecido que en las personas sanas el índice de masa corporal y, por tanto de obesidad, es el factor diferenciador independientemente de la edad o de cualquier otro parámetro. «Es decir, una persona sana delgada tiene una composición y diversidad de especies químicas bacterianas muy diferentes a la de una obesa», apuntan los investigadores.

La razón es sencilla: el cambio en el metabolismo intestinal se produce a un valor de índice de masa corporal de aproximadamente 25 kilos por metro cuadrado. Es decir, aumenta según la persona cuente con un peso mayor.

El lupus y su perfil metabólico diferenciado

Esto no ocurre con los pacientes que tienen lupus, pues ellos cuentan un perfil metabólico gastrointestinal diferenciado al de los individuos sanos, independientemente de su índice de masa corporal e historial clínico.

Claramente, el lupus eritematoso es un «factor dominante frente a la obesidad a la hora de su influencia en la actividad de las bacterias intestinales», ha detallado el investigador Moya, también miembro de la Unidad de Investigación mixta de la Universitat de València y Fisabio.

En consecuencia, una persona con lupus delgada y otra obesa tienen similar composición y diversidad de especies químicas bacterianas, hecho que contrasta con lo que ocurre en personas sanas. Esto podría ser la razón de que las personas con lupus tengan mayor predisposición al llamado síndrome metabólico.

Los cambios de la diarrea infecciosa

Por otra parte, un análisis de pacientes con diarrea infecciosa reveló posteriormente que esto también se asocia con un perfil metabólico gastrointestinal definido. Por ejemplo, las personas analizadas con diarrea infecciosa causada por «C. difficile» tienen un perfil similar independientemente de su índice de masa corporal e historial clínico.

«Pudimos demostrar que los cambios inducidos por este patógeno son diferentes a los causados por otros patógenos, por ejemplo, "Escherichia coli"», comenta la investigadora María José Gosalbes. Además, los cambios cuando «C. difficile» produce o no toxinas, causantes de daños graves en la salud, también son visibles y marcadamente diferentes.

csic
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