Según los expertos, estas mutaciones también se asocian
con cánceres del hígado, lengua y vías urinarias. Detallaron además que
las células que se vuelven inmortales pueden proliferar de tal manera
que las células normales se debilitan y mueren.
La clave
del hallazgo se encuentra en los extremos de los cromosomas denominados
telómeros, que impiden que estos se adhieran unos a otros o se quiebren
y en el momento en que las células normales se dividen, estos
gradualmente se acortan hasta que son tan pequeños que las células dejan
de dividirse y mueren.
Una enzima, la telomerasa, opera
como un factor de crecimiento que mantiene, temporalmente, la longitud
de los telómeros y permite que la célula continúe proliferando.
Los
científicos también han descubierto recientemente que las mutaciones en
el gen promotor TERT, el cual controla las instrucciones para la
producción de la telomerasa, está involucrado en algunos tumores
cancerosos.
Al parecer, esa mutación del gen promotor
TERT, esencialmente, crea un ímpetu de crecimiento constante de forma
tal que los telómeros jamás se acortan y la célula puede dividirse por
siempre.
Sin embargo, casi no encontraron mutaciones en
TERT en muchos de los tipos principales de cáncer, incluidos los de mama
y próstata, lo cual indica que un factor todavía desconocido hace que
los telómeros se alarguen y promuevan la inmortalidad de las células en
esas enfermedades.
El
equipo investigador lo encabezó Hai Yan, profesor de patología e
investigador en el Centro Preston Robert Tisch de Tumor Cerebral, en la
Universidad Duke, e incluyó a colaboradores del Hospital John Hokpkins y
otras instituciones.
Foto: RIA Novosti
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