Los
espectrómetros que llevará acoplados el robot móvil que la Agencia
Espacial Europea (ESA) enviará a Marte en 2018 serán capaces de detectar
las trazas de organismos biológicos que podrían hallarse en el suelo
marciano, según estos astrobiólogos.
El
robot incluirá un aparato similar a los que se utilizan para conocer
los secretos de obras de arte antiguas y para detectar explosivos en los
aeropuertos.
Con
él, los investigadores esperan descubrir restos de microorganismos que
hayan perdurado a pesar de los altos niveles de radiación que imperan en
la superficie marciana.
Al
contrario que la Tierra, Marte no cuenta con una atmósfera
significativa ni con un campo magnético global, por lo que se encuentra
desprotegido ante las ondas y partículas que llegan desde el espacio
exterior.
La
radiación cósmica supone un problema para la salud de los astronautas,
pero también para la supervivencia de los organismos más simples e
incluso amenaza la conservación de restos biológicos antiguos.
La
espectroscopia que utilizará la ESA "es una técnica versátil y
extraordinariamente sensible que puede revelar detalles del interior de
las rocas" así como "detectar moléculas orgánicas y signos de vida",
afirmó Lewis Dartnell, investigador de la universidad británica de
Leicester.
Los
instrumentos que estudiarán la superficie marciana en 2018 permitirán
detectar restos de carotenoides, unos pigmentos orgánicos que los
microorganismos utilizan para protegerse contra las radiaciones
hostiles.
Los
científicos creen que los carotenoides en las rocas marcianas podrían
ser una de las firmas que habrían dejado antiguas formas de vida
extraterrestres.
Foto: ifaq.su
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