La última hora llegada desde el espacio es poco reconfortante para la Tierra: el riesgo de impacto de objetos espaciales crece de año en año. Según los datos de la NASA, a fecha de 3 de julio de 2013 se registraban alrededor de la órbita terrestre 16.602 objetos artificiales. A pesar de esto, tan sólo 3.612 corresponden a satélites en funcionamiento. Todo lo demás se puede considerar basura espacial de distinto origen. Además de esto, últimamente la Tierra se ha visto atacada activamente también por otros 'extraterrestres': los asteroides. 

“Si antes se suponía que la caída en la Tierra de fragmentos del tipo del meteorito de Tunguska ocurren una vez cada 700 ó 900 años, ahora se confirma que acontecimientos similares pueden ser significativamente más frecuentes, incluso cada 90 ó 100 años”, comenta Yuri Zaitsev, actual consejero académico de la Academia de Ciencias Ingenieras de Rusia. 

En 2004, los astrónomos predijeron que Apophis podría impactar con la Tierra en el año 2029, pero posteriormente quedó claro que pasará cerca. No obstante, si durante su paso cercano a la Tierra Apophis cae en alguno de los numerosos agujeros gravitacionales, de 2 a 600 metros de anchura, el asteroide se encontrará en una trampa gravitacional y, tarde o temprano, el impacto sería inevitable.
Con todo esto, en la última década se han descubierto más asteroides que en los dos últimos siglos. “Un impacto es algo inevitable, se trata tan solo de una cuestión de tiempo”, considera el científico. 

Descubrir y destruir 

Según la opinión del director general del grupo Centro de Defensa Planetaria, Anatoli Zaitsev, en el segmento de observación de asteroides del sistema internacional de defensa planetaria 'Ciudadela', proyecto que se presentó en marzo de 2013, es necesario incluir dos o tres artefactos espaciales de observación, satélites de reconocimiento, que concretarán los parámetros de los asteroides y la trayectoria de su desplazamiento, así como satélites interceptores, que puedan eliminar el asteroide o cambiar su trayectoria. De acuerdo con los cálculos de los investigadores, la realización de dicho sistema llevaría entre cinco y seis años, mientras que su coste rondaría los 2.000 mil millones de dólares. 
 

Otras corporaciones espaciales rusas también presentaron sus proyectos. La corporación espacial y de misiles 'Energuia' está preparada para desarrollar un potente cohete con motor nuclear para la puesta en órbita de munición antiasteroides. Por su parte, en la Sociedad Científica y de Producción Lávochkin se ha desarrollado un esbozo de un aparato que deberá posarse sobre la superficie de un asteroide e instalar un radiofaro, con ayuda del cual será más fácil calcular la trayectoria de vuelo del objeto espacial. 

El director de Roscosmos, Vladímir Popovkin, ha señalado en varias ocasiones que la elección de un método concreto de intervención deberá realizarse teniendo en cuenta las medidas, el peso, la composición y las peculiaridades de la roca del objeto peligroso. Los especialistas rusos tienden a considerar que para destruir los asteroides y cometas peligrosos, es necesario el uso de cargas nucleares. Aun así, no está claro qué sistema seleccionará Rusia en caso de que haya que realizar una neutralización de amenazas espaciales. 
Entre tanto, la salida al espacio de armas nucleares para luchar contra la amenaza de los asteroides, puede plantear un problema político-militar internacional. El vice primer ministro ruso Dmitri Rogozin se refirió a ello en febrero de este año, considera que una serie de países pueden usar la cuestión de la creación de un arma anti asteroides para la puesta en el espacio de armas nucleares con fines militares. 

Reducir a cero la probabilidad de catástrofe 

La destrucción física de los asteroides es un asunto del futuro. Por ahora sólo se habla de recopilar información sobre los cuerpos espaciales más peligrosos que se aproximan a la Tierra. Uno de esos objetos es el asteroide Apophis. 

A pesar de que en enero de 2013 especialistas de la NASA establecieron que, en base a los resultados de las últimas observaciones, el riesgo de impacto del Apophis con la Tierra en las próximas décadas está descartado, “éste sigue existiendo y hay que preparase ahora”, asegura Lev Zelenyi, director del Instituto de Investigaciones Espaciales de la Academia Rusa de Ciencias. 

 “En mi opinión, lo más efectivo sería el aterrizaje suave de un artefacto espacial y, con la ayuda de motores eléctricos de pequeña tracción, con tiempo, intentar cambiar su trayectoria”, considera Zelenyi. 
La puesta a punto de esta tecnología la podría garantizar un proyecto conjunto ruso estadounidense. 
 “Se trata de arrastrar hacia la órbita de la Luna un asteroide de un diámetro de entre 15 y 20 metros con la ayuda de un impulsor espacial. Comenzar a trabajar con esto, quizás, enviar una expedición pilotada o estudiarlo con la ayuda de aparatos automáticos”, anunciaba en abril Vladímir Popovkin. El coste global del proyecto puede alcanzar los 2.650 millones de dólares. 

Andréi Kisliakov
http://rusiahoy.com