Una investigación revela que los animales
más pequeños perciben el tiempo a cámara lenta, de forma que escapan de
un depredador igual que Keanu Reeves evitaba las balas
¿Cuántas veces se ha sentido frustrado al ser incapaz de
cazar una molesta mosca? No lo achaque a su torpeza. Lo que ocurre es
que lo que para usted ha ocurrido en menos de un segundo -el golpetazo
de un periódico enrollado contra una mesa, por ejemplo-, ha pasado muy
lentamente ante los ojos del insecto, de forma que ha tenido tiempo de
sobra para reaccionar. Así lo cree un equipo internacional dirigido por
científicos del Trinity College de Dublín, quienes han demostrado que la
capacidad de los animales para percibir el tiempo está ligada a su
tamaño y ritmo de vida. En concreto, cuanto más pequeño es un animal y más rápido es su metabolismo, de forma más lenta percibirá el tiempo, como si fuera una película que pasa a cámara lenta.
Según explican los investigadores, la velocidad a la que se
percibe el tiempo varía en los animales. Volviendo al mismo ejemplo de
las moscas, su habilidad para evitar nuestras malas intenciones se debe a
que pueden observar el movimiento a escalas más finas de lo que nuestros ojos pueden alcanzar,
lo que les permite escapar de una manera similar a como Keanu Reeves
«evitaba las balas en la famosa película Matrix». Por el contrario, una
especie de escarabajo tigre corre más rápido de lo que sus ojos pueden
seguir, lo que provoca que prácticamente se quede «ciego» y tenga que
detenerse periódicamente para volver a evaluar la posición de su presa.
Incluso ocurre en los seres humanos: los atletas de varios deportes
«también pueden acelerar la capacidad de sus ojos para realizar un
seguimiento de la bola en movimiento».
El estudio, que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Animal Behaviour, mostró que los animales de cuerpo pequeño con tasas metabólicas rápidas, como algunas aves, perciben más información en una unidad de tiempo.
Por lo tanto, viven el tiempo más lentamente que los animales de cuerpo
grande con tasas metabólicas lentas, como las grandes tortugas.
«Estamos empezando a comprender que hay todo un mundo de
detalles por ahí que solo algunos animales pueden percibir y es
fascinante pensar en cómo lo hacen de manera diferente a nosotros», dice
Andrew Jackson, profesor en la Escuela de Ciencias Naturales del
Trinity College. Para algunos animales, «la capacidad de percibir el
tiempo a escalas muy pequeñas puede ser la diferencia entre la vida y la
muerte», añade el autor principal del estudio, Kevin Heal, también del
Trinity College.
Un perro ante la tele
Los científicos dicen que se puede demostrar la variedad de
esta capacidad de la percepción del tiempo en todos los animales a
través de un fenómeno llamado frecuencia crítica de fusión de parpadeo.
El fenómeno, basado en la velocidad máxima de destellos de luz que un
individuo puede ver antes de que la fuente de luz sea percibida como
permanente, es el principio detrás de la ilusión de que las pantallas de
televisión, ordenadores o el cine no parpadean. Esta es también la
razón por la que los perros ven los televisores parpadeantes, ya que sus ojos tienen una frecuencia de actualización más alta que la pantalla del televisor.
«Tener ojos que envían actualizaciones al cerebro a
frecuencias mucho más altas que los nuestros puede no tener ningún valor
si el cerebro no puede procesar esa información con la misma rapidez.
Por lo tanto, este trabajo destaca las impresionantes capacidades de los
cerebros de los animales más pequeños. Puede que las moscas no sean
grandes pensadoras pero pueden tomar decisiones muy rápidamente», explica Graeme Ruxton, de la Universidad de St Andrews en Escocia, que ha colaborado en la investigación.
j. de j.
http://www.abc.es
Te he dejado el regalo mensual en la puerta tucasa, asómate pa que no se lo lleven.
ResponderEliminarSaludos
Pues salgo volando ! ayer te mandè con Cerolo el queso de Arico, espero te haya llegado.
ResponderEliminarCordial saludo.-