miércoles, 28 de enero de 2015

La serpiente de Eva andaba sobre sus patas


Descubren los fósiles de serpientes más antiguos, de hasta 167 millones de años de antigüedad, y comprueban que todavía no habían perdido sus extremidades

Julius Csotonyi
Si la historia de la manzana de Eva fuera cierta, la serpiente que la engatusó para probar el fruto prohibido no se deslizó de un árbol arrastrándose sobre su abdomen sino que andaba sobre sus patas. Porque, según una investigación que acaba de ser publicada en Nature Communications, las primeras serpientesque se movieron en la Tierra aún conservaban las extremidades, pequeñas pero bien formadas, de sus antepasados. Relatos bíblicos aparte, un equipo de la Universidad de Alberta en Canadá ha descubierto los restos fosilizados de cuatro serpientes de entre 140 y 167 millones de años, casi 70 millones de años más que la más antigua conocida hasta ahora, con estas características. Según los autores del artículo, el hallazgo cambia las ideas que la ciencia tenía sobre el origen y la evolución de estos animales.

Se cree que las serpientes evolucionaron de lagartos sin patas, que se diferencian de las primeras en cuanto que mantienen algunos rasgos del lagarto, como son las orejas. Sin embargo, «el estudio explora la idea de que la evolución dentro del grupo llamado 'serpientes' es mucho más compleja de lo que se pensaba», dice el autor principal, Michael Caldwell, profesor de la Facultad de Ciencias en Alberta. «Es importante destacar que actualmente existe una brecha significativa en el conocimiento que deben solucionar futuras investigaciones, ya que no se conocen fósiles de serpientes entre los 140 y los 100 millones de años», añade.

La serpiente más antigua conocida es la Eophis underwoodi, del sur de Inglaterra, cerca de Kirtlington. Sólo se conoce a partir de restos muy fragmentarios y era un individuo pequeño, aunque es difícil decir qué edad tenía en el momento en que murió. La serpiente más grande, la Portugalophis lignitos, vivía en los depósitos de carbón en Portugal, cerca de Guimarota, y tenía un tamaño mucho mayor: casi un metro o más de longitud. Varias de estas antiguas serpientes (Eophis, Portugalophis y Parviraptor) vivían en zonas costeras pantanosas en las grandes cadenas de islas en las partes occidentales de la antigua Europa, mientras que la especie de América del Norte, la Diablophis gilmorei, se encontró en los depósitos fluviales hacia el interior en el oeste de Colorado.

Serpientes marinas

Este nuevo estudio pone de manifiesto que la repentina aparición de las serpientes refleja una brecha en el registro fósil, no una radiación explosiva. Desde los 167 a los 100 millones de años, durante unos 70 millones de años, las serpientes se difunden y evolucionan hacia el plan corporal alargado de extremidades reducidas que caracteriza a las bien conocidas serpientes marinas de 100-90 millones de años de Cisjordania, Líbano y Argentina, que aún poseen extremidades traseras pequeñas pero bien desarrolladas. Como siempre es el caso, la distribución de estas serpientes y la anatomía del cráneo y elementos esqueléticos, dejan claro que fósiles de serpientes incluso más antiguas están esperando a ser descubiertas.
«Sobre la base de las nuevas pruebas y por medio de la comparación con los lagartos vivientes sin patas que no son serpientes -explica Caldwell-, el artículo explora la novedosa idea de que la evolución del característico cráneo de la serpiente y sus partes aparecieron mucho antes de que las serpientes perdieran sus patas».
El investigador añade que la identificación de las características definitivas del cráneo de la serpiente revela que los fósiles, previamente asociados con otros restos de lagartos no serpientes, representan un marco de tiempo muy anterior a lo que se creía la primera aparición de serpientes.

A su juicio, el concepto de cómo se originaron las serpientes necesita ser reevaluado a la luz de los nuevos resultados.

j. de j. @judithd 
http://www.abc.es 





















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