lunes, 14 de octubre de 2013

Insulina en pastillas: una realidad muy próxima

 


La tan ansiada insulina en pastillas puede ser una realidad ya a fines de esta década. La compañía farmacéutica danesa Novo Nordisk y la israelí Oramed Pharmaceutgicals están a punto de crear ese medicamento en pastillas. Pero ¿pasarán éstas las pruebas clínicas y qué es mejor para la salud de los pacientes? Opinan expertos de La Voz de Rusia.

Hace mucho ya que la humanidad resolvió el problema de la concentración excesiva de azúcar en la sangre con inyecciones de insulina. El método es bastante doloroso y además se corre el riesgo de contraer una infección. Sin embargo, el sueño de los diabéticos de recibir insulina en pastillas hasta ahora no se concretaba. Científicos de diferentes países trabajaron en el problema, pero nadie logró obtener resultados concretos, dice el director de investigaciones y consultoría de la compañía Farmexpert, Nikolái Bespálov:
–El problema radica en la naturaleza de este preparado. Es un preparado proteínico. Durante la ingestión la proteína es destruida por los fermentos del aparato digestivo. La gente trata de encontrar alguna solución a este problema. Entre otras cosas, se proponían diferentes formas de inhalación de la insulina.

Científicos rusos probaron administrar la insulina con un aerosol nasal. Hubo que renunciar a este método al parecer cómodo, ya que resultó imposible calcular qué dosis del fármaco cae en la membrana mucosa de la nariz. Otro diseño de los farmaceutas rusos son las cápsulas de insulina con hidrogel suministradas por vía oral. La membrana polimérica preserva la insulina de su disolución en el estómago y la acción del medicamento comienza en el intestino delgado. Pero para lograr el efecto necesario se requiere una cantidad veinte veces mayor de insulina que para las inyecciones. El método fue patentado, pero no fue recomendado para su amplia aplicación.

No se tiene conocimiento exacto de lo que han ideado los científicos daneses e israelíes. Aún no están los resultados de las pruebas clínicas. Pero si todo marcha bien y los farmaceutas consiguen demostrar la efectividad de las pastillas de insulina y que no producen efectos colaterales, el medicamento estará al alcance de todos los pacientes hacia fines de esta década o para principios de la siguiente década. Así lo dijo a La Voz de Rusia el director ejecutivo de Oramed Pharmaceuticals, Nadav Kidron:
–Todos los días recibo cartas por correo electrónico de personas que leyeron ciertos artículos en internet. Ellos escriben: "Usted tiene insulina oral. ¿Cómo se pueden adquirir sus cápsulas?" Les contesto que sí, tengo cápsulas para administración oral. Las puedo vender ya mismo. Pero lo único que impide su venta es que necesitamos obtener el visto bueno de la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos. Pero se trata de un proceso largo, que supone vastas pruebas.

En todo caso no se trata de una cuestión de vida o muerte. El remedio para los diabéticos fue encontrado en 1922. Desde entonces la insulina no tiene sucedáneo. La diferencia estriba únicamente en la forma de administración, señala la experta en regulación del mercado de preparados medicinales Elena Vólskaya:
–Cualquier nueva forma apunta exclusivamente a las propiedades del consumo, a que su administración sea más cómoda. A ello apuntan prácticamente todas las formas de las medicinas, por ejemplo, cuando a la par con las pastillas se fabrican emplastos para su aplicación tópica, que se adhieren a la piel y a través de ella se administra el preparado necesario. Y para los niños, por ejemplo, se hacen diferentes jarabes y mixturas, que son más fáciles de ingerir y que poseen un sabor más agradable. Así pues, en dicho caso se trata de una revolución. Esto puede dar cierta ventaja en mercadotecnia, aunque la insulina común y corriente no desaparecerá.

Cuando la persona necesita varias inyecciones diarias, o sea literalmente vivir con la aguja en la mano, una administración más confortable del fármaco puede hacerle cerrar los ojos ante algunas deficiencias del preparado. Por eso, al tiempo que los diabéticos critican a los organismos de autorización por la cautela excesiva, los expertos aprueban los meticulosos procedimientos de las pruebas preliminares. Es que lo principal en la medicina fue y sigue siendo el principio "no causes daño".

Foto: RIA Novosti

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