Así
lo dijo el director del Instituto de Biología del Mar de la Sección del
Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, Andréi Adriánov, en
el Foro Internacional Naturaleza Sin Fronteras en Vladivostok.
Las
investigaciones más fructíferas resultaron ser las practicadas en las
zonas de aguas profundas de la fosa Kuriles-Kamchatk a. A una
profundidad de más de cinco kilómetros se abrieron ante los científicos
verdaderos oasis de vida. Más de setecientas especies de habitantes
marinos fueron alzadas a los buques de investigación científica. La
ciencia no tenía conocimiento de aproximadamente la mitad de ellas. Las
grandes depresiones de los mares del Lejano Oriente resultaron contener
una abundante variedad de vida.
Las investigaciones realizadas hace
varios años en el mar del Japón, claro que a una profundidad menor,
también resultaron ser productivas. Se descubrieron más de doscientas
especies nuevas, mayoritariamente invertebradas. Estos hallazgos crean
nuevas posibilidades para el desarrollo de la farmacología y la
obtención de nuevos medicamentos, dice el experto del Instituto de
Oceanología de la Academia de Ciencias de Rusia, Mijaíl Flint:
–Toda
la variedad de antibióticos que obtenemos de fuentes terrestres distan
mucho de ser lo suficientemente efectivos. La fauna oceánica, incluso la
obtenida en las profundidades, no relacionada con lo que ocurre en la
superficie de la Tierra, brinda una serie totalmente nueva de preparados
medicinales, que ya están siendo sintetizados en los laboratorios. Y de
tal modo obtienen amplia difusión. Es más, algunas especies de animales
quizás puedan ser cultivados. Entonces obtendremos cultivos aptos para
la producción de preparados biológicamente activos y muy importantes
para los seres humanos.
Los
científicos confían en obtener de los organismos de las profundidades
oceánicas y de los arrecifes coralinos nuevos antibióticos y compuestos
químicos que intensifican el efecto de los antibióticos, y asimismo una
serie de nuevos venenos, que en cantidades pequeñas se pueden utilizar
para bloquear los procesos indeseables que se operan en el organismo.
En
el foro de Vladivostok se debatieron los problemas del monitoreo en la
región de la central nuclear Fukushima 1 y la influencia de las los
vertidos de agua radiactiva sobre la flora y fauna marina. El Estado
debe reforzar el control de la calidad de los biorecursos de los mares
del Lejano Oriente.
Organizaciones como la Dirección General de Pesca de
Rusia Rosribolovstvo y la Agencia de protección del consumidor
Rospotrebnadzor garantizan la protección contra la contaminación
radiactiva y excluirán incluso la posibilidad de consumo de productos
marinos contaminados, subraya el vicepresidente del Comité de la Duma
(Cámara de Diputados de Rusia) para los Recursos Naturales y la
Ecología, Maxim Shingarkin:
–Sin
duda es indispensable reforzar el control. Japón redujo en un 90 % los
umbrales de contenido de sustancias radiactivas en los productos
alimenticios. En realidad, ha capitulado en lo relativo a la defensa de
los intereses de los habitantes del país ante el contenido de
radionúclidos en los productos marinos.
Los
científicos rusos estiman que se debe potenciar el monitoreo satelital
del fenómeno conocido como circulación sinóptica en el océano. Se trata
de la interacción entre el océano y la atmósfera, que influye en el
movimiento de las masas acuáticas. Se trata de cambios en escala de
decenas a centenas de kilómetros. Es necesario controlarlos para
registrar de forma operativa las posibles contaminaciones
transfronterizas de las aguas en los mares del Lejano Oriente.
Foto: La Voz de Rusia
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