- Especialistas de EEUU proponen 'rebautizar' algunas lesiones premalignas
- Hay algunos tumores que nunca llegarán a poner en riesgo la vida del paciente
Hace tiempo que el runrún está sobre la mesa, pero hasta esta semana
no ha salido de los círculos académicos para hacerse un hueco con fuerza
en la prensa generalista. Todos los diarios americanos se hacían eco
esta semana de una pregunta que se planteaba en la revista médica 'Journal of the American Medical Association' (JAMA): ¿Estamos sobrediagnosticando el cáncer?
Y la respuesta, a juzgar por los argumentos de un grupo de
especialistas del National Cancer Institute de EEUU, parece afirmativa.
Dirigidos por Laura Esserman, este grupo de expertos propone
'rebautizar' una serie de patologías premalignas que no siempre evolucionan hacia un cáncer, pero cuya detección obliga a someter al paciente a una serie de pruebas invasivas.
Lesiones precancerosas de mama (como el carcinoma ductal), de
próstata, de tiroides, nódulos pulmonares... deberían dejar de
considerarse cáncer a juicio de estos especialistas, que han puesto
sobre la mesa el sobrediagnóstico que preocupa a muchos oncólogos. En
lugar de cáncer, proponen, deberían llamarse 'lesiones indolentes de
origen epitelial'.
"Es un problema que hay que plantear, pero para mí no es una cuestión
de renombrar esas patologías", reconoce el presidente de los oncólogos
españoles, Juan Jesús Cruz; "el problema sigue siendo que hoy por hoy no tenemos herramientas para saber cuáles de esas lesiones premalignas van a evolucionar hacia un tumor agresivo y cuales no".
Uno de los ejemplos más característicos es el del carcinoma ductal in
situ, un tipo de lesión de la mama, "de los que sólo un porcentaje
evoluciona hacia un cáncer agresivo", aclara el presidente de la
Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). La mujer a la que se le
detecte esta lesión en una revisión rutinaria, deberá someterse con toda
seguridad a una biopsia y es más que probable que sea intervenida y
radiada para prevenir el riesgo de recaídas. Muchos de esos carcinomas,
de no haber sido detectados por la mamografía, jamás hubiesen puesto en
riesgo la vida de esa mujer.
El problema es que hoy por hoy no se puede saber cuáles sí suponen un
peligro. Una idea en la que coincide Larry Norton, responsable de
Oncología en el Memorial Sloan Kettering Cancer de Nueva York (EEUU),
que asegura en declaraciones al diario 'The New York Times'
que "hoy por hoy no podemos mirar al microscopio estos tejidos y decir
cuáles van a tener un crecimiento lento. No se pueden cambiar cientos de
años de literatura médica con sólo cambiar la terminología".
El problema, señalan otros expertos en el diario neoyorquino, es que
al oír la palabra cáncer muchos pacientes se asustan y "piensan que van a
morir si no reciben ningún tratamiento". Tal vez la estrategia de
esperar y ver cómo evoluciona la lesión sería mejor aceptada si el
paciente entendiese que padece una lesión premaligna.
Algo parecido a los carcinomas in situ ocurre con los nódulos pulmonares que se pueden detectar a los grandes fumadores si se les realiza un TAC,
como ahora acaba de aconsejar EEUU. "Muchos de esos nódulos no son
cancerosos, pero en otros casos estamos salvando la vida al paciente",
asegura el doctor Cruz que no duda de que existen pacientes
"sobrebiopsiados", pero insiste en la importancia de "valorar los
riesgos y los beneficios".
Hoy por hoy, destaca el presidente de SEOM, los únicos programas de
cribado o detección precoz del cáncer recomendados en Europa (y también
defendidos por el panel estadounidense en JAMA) son el de cérvix (mediante citologías), mama (con mamografías periódicas a partir de los 50 años, no antes) y el de colon que España acaba de introducir mediante en análisis de sangre oculta en heces. Existen sobradas dudas, en cambio, sobre el uso del análisis de PSA para tumores de próstata,
puesto que los fallos del test sí podrían llevar a diagnosticar tumores
"que nunca van a poner en peligro la vida del paciente". El uso del TAC
en fumadores no está aún en Europa tan extendido como en EEUU.
En este sentido, Laura Esserman considera (en palabras recogidas por 'The Washington Post') que el TAC para grandes fumadores "es un buen ejemplo de que las pruebas de diagnóstico precoz deberían reservarse para pacientes de alto riesgo", en los que un hallazgo sospechoso tendrá más beneficios que potenciales riesgos.
El debate del sobrediagnóstico, asegura Cruz por su parte, es
interesante y es necesario que la comunidad oncólogica se lo plantee,
aunque cree que en España estamos aún lejos de ese problema. "Al
contrario, aún diagnosticamos muchos casos de cáncer demasiado tarde
desgraciadamente", concluye.
María Valerio
http://www.elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario