Por
este motivo, tal vez seamos poco conscientes de la cantidad de azúcares
refinados que tomamos a lo largo del día y del daño que esto puede
causar en nuestra salud. Según los datos de un estudio realizado en
ratones, el consumo moderado de azúcar, como el que se da al tomar tres
latas de refrescos azucarados al día, se relaciona con una mayor
mortalidad y una menor fecundidad.
No
es la primera vez que se habla de los daños del azúcar sobre la salud.
Sin embargo, hasta ahora los estudios que se habían realizado en
animales habían evaluado la ingesta de niveles muy altos de esta
sustancia y su impacto sobre el organismo. La novedad que presenta ahora
la revista Nature Communications, lugar donde se ha publicado
este trabajo, es que no hace falta consumir cantidades excesivas de
azúcares añadidos para que se empiecen a notar daños en la salud, por lo
menos así lo han constatado en ratones.
"Nuestros
resultados ofrecen evidencia de que consumir azúcar a niveles
actualmente considerados seguros ejerce un impacto espectacular en la
salud de los mamíferos", explican los investigadores del estudio de
varias universidades estadounidenses.
Tal
y como asegura Wayne Potts, profesor de Biología de la Universidad de
Utah (EEUU) y uno de los autores de esta investigación, "el trabajo
demuestra los efectos adversos del azúcar añadido en niveles relevantes
para el humano". Y reconoce que él mismo ha reducido "la ingesta de
azúcar refinado y he animado a mi familia a que haga lo mismo".
Porque,
según explica, los nuevos test han mostrado que una dieta con un 25 % de
azúcar añadida (un 12,5 % de dextrosa -el nombre industrial de la
glucosa- y un 12,5 % de fructosa) es tan perjudicial para la salud de
los ratones como ser descendiente de primos hermanos.
Incluso
los ratones que no llegaban a estar obesos y mostraban pocas
alteraciones metabólicas "murieron con más frecuencia y tendían a tener
menos descendencia", explica el primer autor de este trabajo, James
Ruff, quien recientemente ha terminado su doctorado en la Universidad de
Utah. "Hemos demostrado que unos niveles de azúcar consumidos
habitualmente por la población -y que son considerados seguros por las
agencias reguladoras- deterioran la salud de los ratones".
El
estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y la
Fundación Nacional de la Ciencia de EEUU, se llevó a cabo en recintos
denominados 'graneros' con una superficie de 377 metros cuadrados y
muros de tres metros de altura que simulaban las situaciones que se dan
en el hábital real de los roedores en cuanto a competición con otros por
el territorio o por los sitios de anidación.
A
partir de la semana 26 de vida de los ratones, se les ofreció una dieta
(una mezcla de trigo, maíz y soja) en la que el 25 % de las calorías
procedía de azúcares añadidos, lo que equivale a la cantidad que puede
consumir una persona con una dieta normal si toma diariamente tres latas
de refrescos azucarados. Un grupo control recibió una comida a base de
almidón de maíz. "Es una prueba sensible para conocer la disminución de
la salud y el vigor", señala en una nota de prensa Potts.
Lo
que comprobaron estos investigadores fue que 32 semanas después, el 35 %
de las hembras alimentadas con una cantidad extra de azúcar había
muerto, el doble de las que fallecieron en el grupo control. Sin
embargo, no encontraron ninguna variación en la mortalidad de los
machos. En cambio, se comprobó que los ratones que habían tomado una
dieta rica en azúcares eran menos competitivos y tuvieron una tasa de
descendencia un 25 % menor.
"Te
puedes preguntar por qué no se ha descubierto esto hace veinte años. La
respuesta es que hasta ahora, no teníamos un test funcional, amplio y
sensible para escanear las potenciales sustancias tóxicas que están
siendo puestas en el entorno o en nuestros fármacos o alimentos",
concluye Potts quien asegura que el método utilizado en este estudio
puede ser útil para evaluar el efecto de otras sustancias en el
organismo.
El
consumo de azúcar se ha triplicado en los últimos cincuenta años en
EEUU, sobre todo el que procede del jarabe de maíz, utilizado para
endulzar bebidas, salsas y otros productos industriales. Aunque en
España la ingesta de esta sustancia es mucho menor, en los últimos años
su consumo ha aumentado un 20 %, según datos de un estudio de la
Universidad Autónoma de Barcelona.
Un dato preocupante para muchos
expertos ya que tanto la obesidad como las enfermedades relacionadas con
el sobrepeso están aumentando en nuestro país, sobre todo entre la
población infantil donde el 26% tiene exceso de peso y un 19 % está
obeso. De hecho, los pediatras ya advierten de un futuro aumento de la
diabetes tipo 2 en niños.
Foto: El Mundo
El Mundo
http://spanish.ruvr.ru
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