El
telescopio espacial Kepler detectó un planeta fuera del sistema solar, o
exoplaneta, bautizado Kepler 63b, cuya órbita está inclinada casi 90
grados con respecto al ecuador de la estrella, se informa en un artículo
que se publicará en la revista Astrophysical Journal.
Según los astrónomos, para la mayoría de los planetas una
desalineación considerable del ecuador de la estrella provoca su
desestabilización y destrucción. Esta conclusión ha sido confirmada
varias veces por las observaciones realizadas con Kepler y otros
telescopios. Sin embargo, en teoría, también son posibles planetas con
órbitas polares que coincidan con el eje de rotación del astro.
El descubrimiento del Kepler 63b realizado por David Latham y sus
colegas del Centro de Astrofísica de Harvard-Smithsonian de EEUU
confirma esta hipótesis. El planeta se encuentra en la constelación del
Cisne, a 600 años de luz de la Tierra, y gira alrededor de una pequeña
estrella, cuya masa y temperatura son casi idénticas a las del Sol.
Los científicos consiguieron detectar al Kepler 63b gracias a las
manchas en su estrella que, de sólito, impiden discernir los planetas ya
que reducen la luminosidad en la misma medida que los cuerpos celestes
que pasan delante del astro. Sin embargo, estas mismas interferencias
permiten determinar el sentido de rotación de la estrella y su
velocidad.
Después de analizar las variaciones en la luminosidad, los
científicos detectaron cerca de la estrella la presencia de un
minineptuno. Según los investigadores, es imposible calcular la masa
exacta de ese planeta a causa de la actividad de la estrella pero podría
superar de 40 a 120 veces la de la Tierra.
Según los astrónomos, el sistema estelar es relativamente joven ya
que la edad máxima de la estrella se estima en 400 millones de años. Es
posible que con el tiempo el Kepler 63b modifique su órbita que se
volverá más “plana” a causa de los flujos de la estrella.
© David A. Aguilar (CfA)
http://sp.rian.ru
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