Cada vez más y más científicos coinciden en la conclusión de que los impulsos del cerebro
humano y la frecuencia cardiaca pronto sustituirán las contraseñas
habituales. Dado que el código generado basado en esta información
fisiológica no se puede ni robar ni olvidar, y también es muy difícil
falsificarla, en el futuro el código será capaz de reemplazar a los
dispositivos de entrada, tales como huellas dactilares, patrón de la
retina o la silueta de la mano.
El profesor de la Universidad británica en Egipto Ken Revett; Naveen Cota, del Centro de Investigación de Inteligencia en Nuevo México, y Ramaswami Palaniapan, de la Universidad de Wolverhampton en el Reino Unido, apoyan esta opinión. Los dos últimos científicos estudian las respuestas del cerebro a diferentes imágenes.
Recientemente los investigadores descubrieron que si mostraban a una persona una foto con su familiar, su cerebro comenzaba a producir impulsos eléctricos que pueden ser utilizados como una contraseña. Sin embargo, el principal obstáculo para el uso más amplio de las contraseñas 'visuales' sigue siendo la necesidad de poner los electrodos en la cabeza.
Otros investigadores vinculan el futuro de los sistemas de autenticación con un sistema de cifrado basado en el ritmo cardiaco. Así John Irwin, del Laboratorio Draper en Cambridge, estableció que el 'dibujo' del pulso de una persona sigue siendo el mismo incluso cuando se aumenta el ritmo cardiaco. Sin embargo, de momento esta teoría se ha probado solo en 200 personas.
Los científicos chinos también se interesan por el método de cifrado a través del corazón. A principios de este año anunciaron la creación de un sistema criptográfico revolucionario basado en los latidos del corazón. Según ellos, tal sistema puede proteger los datos ya que los ritmos cardiacos son únicos para cada persona y nunca se repiten exactamente, indican los científicos.
http://actualidad.rt.com/
El profesor de la Universidad británica en Egipto Ken Revett; Naveen Cota, del Centro de Investigación de Inteligencia en Nuevo México, y Ramaswami Palaniapan, de la Universidad de Wolverhampton en el Reino Unido, apoyan esta opinión. Los dos últimos científicos estudian las respuestas del cerebro a diferentes imágenes.
Recientemente los investigadores descubrieron que si mostraban a una persona una foto con su familiar, su cerebro comenzaba a producir impulsos eléctricos que pueden ser utilizados como una contraseña. Sin embargo, el principal obstáculo para el uso más amplio de las contraseñas 'visuales' sigue siendo la necesidad de poner los electrodos en la cabeza.
Otros investigadores vinculan el futuro de los sistemas de autenticación con un sistema de cifrado basado en el ritmo cardiaco. Así John Irwin, del Laboratorio Draper en Cambridge, estableció que el 'dibujo' del pulso de una persona sigue siendo el mismo incluso cuando se aumenta el ritmo cardiaco. Sin embargo, de momento esta teoría se ha probado solo en 200 personas.
Los científicos chinos también se interesan por el método de cifrado a través del corazón. A principios de este año anunciaron la creación de un sistema criptográfico revolucionario basado en los latidos del corazón. Según ellos, tal sistema puede proteger los datos ya que los ritmos cardiacos son únicos para cada persona y nunca se repiten exactamente, indican los científicos.
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