Foto: RIA Novosti EFE
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Los
bebés de los dinosaurios no tenían la piel llena de escamas, sino que,
al igual que muchas aves, se encontraban cubiertos de un suave plumón,
informó el lunes el paleontólogo alemán Oliver Rauhut, conservador de la
Colección Estatal de Baviera.
"Debemos
despedirnos de la imagen tradicional de los reptiles gigantes. Eran
mucho más mullidos", dijo Rauhut, quien explicó que los reptiles no
contaban con plumas para volar, sino para protegerse de las inclemencias
y el frío.
Asimismo, subrayó que este descubrimiento
confirma las teorías de que los reptiles gigantes no tenían sangre
fría, sino que, de alguna manera, la tenían caliente como las aves o los
mamíferos de la actualidad.
Los científicos alemanes
basan sus investigaciones en el análisis de los restos de un bebé de
dinosaurio de ciento cincuenta millones de antigüedad encontrados en una
cantera de la localidad de Kelheim, en el sureño estado germano de
Baviera.
Se trata de un espécimen carnívoro de unos
setenta centímetros de tamaño, emparentado con el temido Tiranosaurus
Rex, del que se conserva el 98 % de su cuerpo y en el que, bajo luz
ultravioleta, se reconocen los restos de piel y plumas.
"Ahora
sabemos con seguridad que los animales jóvenes tenían plumas", subrayó
Rauhut, y por ello no se puede descartar que también los adultos como el
Tiranosaurus Rex fuesen como "de peluche".
Las
plumas "son probable y sencillamente un protector térmico", añadió el
paleontólogo, para el que un plumaje solo tenía sentido si los
dinosaurios "tenían la oportunidad de regular de alguna manera con él su
temperatura corporal".
El nuevo dinosaurio tiene el nombre científico de Sciurumimus albersdoeferi
y una vez adulto se calcula que alcanzaba una longitud "de seis metros o
más", explicó el paleontólogo alemán, quien calcula que pudo llegar a
pesar hasta una tonelada.
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