La idea fue concebida en 1991, tras la erupción del volcán Pinatubo en Filipinas, que arrojó a la estratosfera 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. Como resultado, la temperatura media en el planeta bajó unos 0,5 grados Celsius de 1991 a 1993.
El experimento en cuestión se montará en el Estado de Nuevo México, EEUU. La dispersión se efectuará a la altura de unos 24 kilómetros con la ayuda de aeróstatos automáticos.
Científicos del Instituto Tecnológico de California, EEUU, advierten que la dispersión de aerosoles puede provocar efectos colaterales. En particular, el cielo adquiriría un matiz más claro, como en un día bochornoso. Después del ocaso, podrían producirse unos fucilazos parecidos a la aurora boreal. Afirman que el aumento de la luminosidad provocaría la aceleración de la fotosíntesis y, respectivamente, crecimiento incontrolado de la vegetación en el planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario