Los arqueólogos creen haber descubierto en Polonia
una tumba de 'vampiros': las cabezas fueron colocadas entre las piernas
de los esqueletos.
Cuatro esqueletos fueron encontrados cerca de la ciudad de Gliwice durante las obras de construcción de una carretera. Según las creencias locales, una cabeza cortada y colocada entre las piernas impedía que un posible vampiro encontrar su camino de regreso a la tierra de los vivos.
Cabe señalar que los vampiros de la Europa del Este medieval
no tenían nada que ver con la imagen clásica de
un chupasangre aristócrata encapuchado, ya que la definición era mucho
más amplia. Incluso las personas que respetaban las viejas costumbres
paganas de dejar comida en las tumbas de sus familiares podrían caer en
desgracia por acusaciones de vampirismo y sufrir una ejecución rápida.
Cualquier persona acusada de ser un vampiro se
enfrentaba a un terrible destino. A veces eran decapitados, aunque lo
más usual era que fueran ahorcados. En ese último caso los ejecutores
esperaban hasta que la descomposición resultara en la separación de la
cabeza del cuerpo. En ambos casos, la cabeza era puesta entre las
piernas de la víctima para asegurar la imposibilidad de localizarla y
levantarse de la tumba.
Los historiadores dicen que dicha práctica era común en las tierras eslavas durante los siglos posteriores a la adopción del cristianismo por las tribus paganas, es decir, en los siglos IX-XVII.
Mientras tanto, los historiadores polacos no saben cuándo
murieron las personas encontradas cerca de Gliwice, ya que los
esqueletos fueron hallados sin joyas, hebillas, botones o cualquier otro
artefacto que pueda ayudar a determinar la época.
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