lunes, 8 de julio de 2013

La Luna, formada en una explosión nuclear natural

 

La Luna, formada en una explosión nuclear natural

Una nueva teoría sobre el misterioso origen de nuestro satélite descarta que se produjera en un choque gigantesco y apunta a un georeactor en el ecuador

La teoría más aceptada respecto a la formación de la Luna sugiere que esta apareció hace unos 4.500 millones de años, a principios de la historia del Sistema Solar, cuando un enorme cuerpo planetario del tamaño de Marte, conocido como Theia, chocó brutalmente contra la Tierra. Los residuos que salieron disparados en el encuentro conformaron nuestro satélite natural, que quedó en órbita. Los científicos no se ponen de acuerdo respecto a muchos detalles de este evento, pero hay incluso quien propone una drástica alternativa. 

Investigadores de la Universidad Western Cape y de la de Amsterdam han publicado en Arxiv una novedosa idea. Creen que es posible que no se produjera ningún choque, sino que la Luna se formara después de la explosión de un georeactor nuclear fuera de control en el manto de la Tierra.
La hipótesis del impacto gigante supone, según simulaciones hechas al respecto, que el 80% del satélite debería haber venido del objeto impactador y el resto, de la Tierra. Sin embargo, esto no concuerda con la composición de las rocas lunares, que es casi idéntica a las terrestres en términos de contenido isotópico.

Varias teorías intentan explicar esta diferencia sin necesidad de eludir el gran impacto, pero ahora, Rob de Meijer, de la Western Cape y Wim van Westrenen, de la VU en Amsterdam proponen una respuesta bien distinta: fuerzas centrífugas concentraron los elementos más pesados, como el uranio y el torio, cerca de la superficie de la Tierra en el plano ecuatorial. Las altas concentraciones de estos elementos radiactivos pueden dar lugar a reacciones nucleares en cadena. Los investigadores calculan que es muy posible que la concentración fuera lo suficientemente alta como para casuar una reacción nuclear fuera de control. Esto expulsó el material que, con el tiempo, formó la Luna, explican en el MIT Technology Review.
Una evidencia reveladora de que se produjo esa explosión podría ser la abundancia lunar de helio-3 y xenón-136, los cuales se podrían haber producido en grandes cantidades en un georeactor natural. Mediciones futuras de la superficie de la Luna podrían proporcionar las pruebas necesarias para confirmar su teoría, pero el análisis no será fácil. 

El más famoso de los georeactores conocidos se encuentra en Oklo en Gabón, no muy lejos de la línea ecuatorial, donde un reactor de fisión nuclear natural estaba en funcionamiento hasta hace unos 1,5 millones de años, dejando signos de los depósitos de uranio que ahora son explotados en una mina.

abc.es

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