Una nueva teoría sobre el misterioso origen de nuestro satélite descarta que se produjera en un choque gigantesco y apunta a un georeactor en el ecuador
NASA/JPL-Caltech
La teoría más aceptada respecto a la formación de la Luna sugiere
que esta apareció hace unos 4.500 millones de años, a principios de la
historia del Sistema Solar, cuando un enorme cuerpo planetario del
tamaño de Marte, conocido como Theia, chocó brutalmente contra la
Tierra. Los residuos que salieron disparados en el encuentro conformaron
nuestro satélite natural, que quedó en órbita. Los científicos no se
ponen de acuerdo respecto a muchos detalles de este evento, pero hay
incluso quien propone una drástica alternativa.
Investigadores de la
Universidad Western Cape y de la de Amsterdam han publicado en Arxiv una novedosa idea. Creen que es posible que no se produjera ningún choque, sino que la Luna se formara después de la explosión de un georeactor nuclear fuera de control en el manto de la Tierra.
La hipótesis del impacto gigante supone, según simulaciones
hechas al respecto, que el 80% del satélite debería haber venido del
objeto impactador y el resto, de la Tierra. Sin embargo, esto no
concuerda con la composición de las rocas lunares, que es casi idéntica a
las terrestres en términos de contenido isotópico.
Varias teorías intentan explicar esta diferencia sin
necesidad de eludir el gran impacto, pero ahora, Rob de Meijer, de la
Western Cape y Wim van Westrenen, de la VU en Amsterdam proponen una
respuesta bien distinta: fuerzas centrífugas concentraron los elementos
más pesados, como el uranio y el torio,
cerca de la superficie de la Tierra en el plano ecuatorial. Las altas
concentraciones de estos elementos radiactivos pueden dar lugar a
reacciones nucleares en cadena. Los investigadores calculan que es muy
posible que la concentración fuera lo suficientemente alta como para
casuar una reacción nuclear fuera de control. Esto expulsó el material que, con el tiempo, formó la Luna, explican en el MIT Technology Review.
Una evidencia reveladora de que se produjo esa explosión podría ser la abundancia lunar de helio-3 y xenón-136,
los cuales se podrían haber producido en grandes cantidades en un
georeactor natural. Mediciones futuras de la superficie de la Luna
podrían proporcionar las pruebas necesarias para confirmar su teoría,
pero el análisis no será fácil.
El más famoso de los georeactores conocidos se encuentra en Oklo
en Gabón, no muy lejos de la línea ecuatorial, donde un reactor de
fisión nuclear natural estaba en funcionamiento hasta hace unos 1,5
millones de años, dejando signos de los depósitos de uranio que ahora
son explotados en una mina.
abc.es
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