Hace unos días, especialistas de la Universidad de Stanford declararon que, los productos orgánicos cultivados en condiciones ecológicamente inocuas, en contra de la opinión existente, reportan un beneficio no tan mayor para la salud que los tradicionales.
El vocablo “orgánico” significa
que la producción agrícola no ha sido genéticamente modificada, ha sido
cultivada sin el empleo de fertilizantes, de reguladores del crecimiento
y de pesticidas. En Rusia, como en todo el mundo, están divididas las
opiniones de los especialistas con respecto a la necesidad del consumo
solo de productos orgánicos o ecológicos. Un grupo determinado de
investigadores suscribe la opinión de la FAO, de la ONU, y considera que
el cultivo y el consumo de tales productos influye no solo
positivamente en la salud de las personas sino también en la naturaleza
misma. Sin embargo, Alexandr Baranov, especialista del Instituto de la
biología del desarrollo de la Academia de Ciencias de Rusia opina que,
en nuestro país no existen estadísticas oficiales sobre esta materia:
–En
Rusia no se han llevado a cabo investigaciones sobre el provecho o el
daño de tales productos. Tal evaluación realiza el Instituto de
Alimentos de la Academia Nacional de Medicina, el que, al igual que los
norteamericanos considera que, los alimentos orgánicos no difieren de
los corrientes.
Sin embargo, existen
investigaciones diametralmente opuestas de otros institutos, los que
están orientados al cultivo de productos ecológicos, en particular, de
la Federación internacional del movimiento agrícola ecológico, o del
Instituto de agricultura orgánica. En Rusia no existen leyes que
establezcan normativas ecológicas para los agricultores, aunque en el
ministerio de Agricultura se estudian determinados proyectos. Marina
Ermakova, experta en seguridad ecológica alimentaria añade que, las
reuniones revisten carácter unilateral:
–Se
debate la existencia de sustancias químicas en los productos, pero no se
dice nada si son genéticamente modificados. Estos últimos, los GMO, son
creados artificialmente. En ellos se introduce Dios sabe qué gen y,
ellos acumulan sustancias químicas, a las que son invulnerables. El
Servicio Federal de Supervisión del consumo, después del ingreso en la
OMC comenzó a hablar de que son inocuos, aunque antes consideraba lo
contrario. Así, los productos genéticamente modificados se convirtieron
poco menos que una bendición para el pueblo.
La
producción orgánica es requerida en nuestro país, pero es cultivada por
contadas unidades agrícolas. Según los guarismos de la Federación
internacional de agricultura ecológica, el monto del mercado de
productos ecológicos verdaderos en Rusia se calcula tan solo en unos
sesenta a ochenta millones de dólares, lo que equivale al 0,1 % del
mercado total de alimentos. Y la mayoría de estos productos ecológicos
tiene su origen en el extranjero. Otro escollo para la propagación de la
producción orgánica es su precio elevado. En Rusia, la diferencia de
precios entre un producto corriente y el análogo ecológico es de hasta
un 70 %, mientras que en el mundo es de un 20 a un 30 %. Según cálculos
de sociólogos del país, por lo menos un 40 % de los consultados está
dispuesto a pagar por la seguridad ecológica de los productos, es verdad
que, por una suma mucho menor de la que se venden.
http://spanish.ruvr.ru
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