Una labor adecuada con los
productos celulares podría ayudar a millones de pacientes. Además que la
medicina podría avanzar considerablemente.
De momento, en Rusia no existe una ley sobre los productos celulares. Entrevistada por el periódico Izvestia,
la ministra señaló que, “existe un caos en el empleo de medicamentos de
distinto tipo denominados celulares”. Veronica Skvortzova agregó que,
en el 80 % de los casos esos fármacos son falsificaciones, y el 20 %
restante, se trata de productos peligrosos que pueden contener células
que originan tumores. “Ellos pueden estar contaminados, mal depurados o
no han sido probados contra virus”, explicó la titular rusa.ç
En
esencia, ese trabajo “sucio” con material biológico desprestigia toda
la medicina regenerativa. Así, las tecnologías celulares, sin haber
entrado aún en amplia práctica ya han adquirido una reputación dudosa.
Ha habido casos de empleo ilegal de material abortivo o de tecnologías
no registradas. En esto, incurren por ejemplo los cosmetólogos
inescrupulosos. Los preparados farmacéuticos con células madre falsas
sirven a menudo de carnada que tragan personas ansiosas en rejuvenecer.
Demás está decir que se trata de una rama con enormes posibilidades.
Así
las cosas, qué duda cabe de que es hora de reglamentar,
legislativamente, las tecnologías celulares. Irina Ermakova,
especialista en bioingeniería propicia el control severo del comercio de
productos celulares:
—Las
tecnologías celulares deben servir a la humanidad, pero pueden ser
empleadas también para mal. Las células madre mismas son una reserva de
células en el organismo. Es posible curar distintas enfermedades con el
implante de células madre en un órgano enfermo. La célula madre no es
rechazada y se desarrolla más tarde en células específicas. De ahí que
sea necesario aprovechar las células madre. Pero, esta labor debe
hacerse bajo control estricto y en una clínica.
Como
sea, es enorme el beneficio que reporta el buen empleo de las
tecnologías celulares. En esencia, la medicina regenerativa es una
alternativa a los transplantes, potencialmente más barata, y accesible a
la población. Y es que, hay una escasez latente de órganos de donantes.
En principio, es muy amplio el círculo de los que pueden ser tratados
con la ayuda de las tecnologías celulares. Están los enfermos del
corazón, los diabéticos, quienes padecen cáncer, enfermedades del
sistema nervioso y del óseo.
“En el mundo son ya una
rutina las operaciones de transplante de células hematopoyéticas,
obtenidas de la sangre periférica y del cordón umbilical, explica Artur
Isaiev, director general del Instituto de Células madre del ser humano.
Con frecuencia se emplean también, para distintos objetivos, las células
del tejido unificador, las fibroblast. Con ellas es creada, por
ejemplo, la piel en la terapia contra las quemaduras. Con la ayuda de
las células madre es posible curar enfermedades graves de la vista.
Científicos japoneses obtuvieron de ellas, por ejemplo, la retina.
“La
última palabra en la ciencia son los trabajos con las células madre
pluripotenciales inducidas (IPS), en que tomamos una célula adulta y la
reprogramamos en embrionaria”, indica el subdirector del Instituto de
Genética Molecular, Viacheslav Tarantul. A juicio del científico, el
futuro pertenece a estas células. Su empleo ayudará, a propósito, a
despejar una serie de problemas éticos. Uno de ellos es el empleo de
embriones humanos. En contra de las manipulaciones biomédicas se
pronuncia severamente una parte de la sociedad y la iglesia, a juicio de
la que, el embrión es ya un ser humano. En la Iglesia Ortodoxa rusa
consideran que la moratoria de su empleo debe estar consignada en la
ley.
Son tantas las posibilidades de empleo de las
tecnologías celulares que difícilmente puedan ser reguladas solo con una
ley, considera Artur Isaiev:
—No
es bueno aprobar el proyecto de ley que hoy existe. Y ello porque
abarca esferas estrechas vinculadas a las tecnologías celulares. Además
que no están las exigencias a los laboratorios, a los productos y a los
donantes. Primero es necesario elaborarlas.
En
la redacción de la ley sobre los productos celulares cabría prestar
atención en los modelos extranjeros. Por lo demás, y ellos no son
perfectos. Por ejemplo, en EEUU, el permiso solo para una investigación
toma a veces tres años. Este plazo sería explicable si se tratase de un
peritaje médico o de pruebas clínicas, Pero, aquí se trata solo de
escollos burocráticos. Y en el hecho que, “en muchos países, las células
madre siguen siendo una piedra de toque”, señala Artur Isaiev. A su
juicio, Gran Bretaña sirve de ejemplo de una política racional con
respecto a las tecnologías celulares. Pues allí, los especialistas
explican pacientemente a la sociedad el sentido de su aplicación.
La
ministra Veronica Skvortzova señaló que, como sea, el proyecto de ley
sobre tratamiento de productos celulares “está prácticamente redactado
para su presentación al legislativo”. Todo parece indicar que, el
Ministerio de Salud se propone, ya próximamente, crear una base
normativa para la biomedicina en general. Las esperanzas cifradas en el
sector son demasiado grandes y esto justifica todos los esfuerzos para
acelerar su desarrollo.