Cuando se trata de evitar ser el almuerzo de un
delfín, un pulpo es capaz de cualquier cosa. Inclusive de adherirse a
los genitales del atacante. Así lo captó una fotografía tomada costa
afuera de la Isla de Kalamos, al oeste de Grecia.
Ocurrió mientras investigadores del Tethys Research Institute observaban a cuatro delfines.
El fotógrafo que captó el momento bizarro, Joan Gonzalvo, le comentó a
CBS su teoría: “Mi hipótesis es que el delfín atacó al pulpo para
comérselo, y en su intento de escapar se adhirió a los genitales”.
La nota aclara, eso sí, que el escondite del pulpo no duró mucho. Dos
saltos fueron suficientes para que el delfín se deshaciera del pulpo
invasor.
No hay noticias de qué ocurrió después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario