lunes, 25 de junio de 2012

Tecnología celular como alternativa a los transplantes

 

Tecnología celular como alternativa a los transplantes
Foto: EPA   Autora: Olga Sobolievskaya    http://spanish.ruvr.ru

La ministra rusa de Salud, Veronica Skvortzova, declaró recientemente que la aprobación de ley “Sobre tratamiento de productos celulares biomédicos” debe ser prioritaria. En esta rama de la biomedicina están cifradas grandes esperanzas.

Una labor adecuada con los productos celulares podría ayudar a millones de pacientes. Además que la medicina podría avanzar considerablemente.
De momento, en Rusia no existe una ley sobre los productos celulares. Entrevistada por el periódico Izvestia, la ministra señaló que, “existe un caos en el empleo de medicamentos de distinto tipo denominados celulares”. Veronica Skvortzova agregó que, en el 80 % de los casos esos fármacos son falsificaciones, y el 20 % restante, se trata de productos peligrosos que pueden contener células que originan tumores. “Ellos pueden estar contaminados, mal depurados o no han sido probados contra virus”, explicó la titular rusa.ç

En esencia, ese trabajo “sucio” con material biológico desprestigia toda la medicina regenerativa. Así, las tecnologías celulares, sin haber entrado aún en amplia práctica ya han adquirido una reputación dudosa. Ha habido casos de empleo ilegal de material abortivo o de tecnologías no registradas. En esto, incurren por ejemplo los cosmetólogos inescrupulosos. Los preparados farmacéuticos con células madre falsas sirven a menudo de carnada que tragan personas ansiosas en rejuvenecer. Demás está decir que se trata de una rama con enormes posibilidades.
Así las cosas, qué duda cabe de que es hora de reglamentar, legislativamente, las tecnologías celulares. Irina Ermakova, especialista en bioingeniería propicia el control severo del comercio de productos celulares:

—Las tecnologías celulares deben servir a la humanidad, pero pueden ser empleadas también para mal. Las células madre mismas son una reserva de células en el organismo. Es posible curar distintas enfermedades con el implante de células madre en un órgano enfermo. La célula madre no es rechazada y se desarrolla más tarde en células específicas. De ahí que sea necesario aprovechar las células madre. Pero, esta labor debe hacerse bajo control estricto y en una clínica.

Como sea, es enorme el beneficio que reporta el buen empleo de las tecnologías celulares. En esencia, la medicina regenerativa es una alternativa a los transplantes, potencialmente más barata, y accesible a la población. Y es que, hay una escasez latente de órganos de donantes. En principio, es muy amplio el círculo de los que pueden ser tratados con la ayuda de las tecnologías celulares. Están los enfermos del corazón, los diabéticos, quienes padecen cáncer, enfermedades del sistema nervioso y del óseo.
“En el mundo son ya una rutina las operaciones de transplante de células hematopoyéticas, obtenidas de la sangre periférica y del cordón umbilical, explica Artur Isaiev, director general del Instituto de Células madre del ser humano. Con frecuencia se emplean también, para distintos objetivos, las células del tejido unificador, las fibroblast. Con ellas es creada, por ejemplo, la piel en la terapia contra las quemaduras. Con la ayuda de las células madre es posible curar enfermedades graves de la vista. Científicos japoneses obtuvieron de ellas, por ejemplo, la retina.

“La última palabra en la ciencia son los trabajos con las células madre pluripotenciales inducidas (IPS), en que tomamos una célula adulta y la reprogramamos en embrionaria”, indica el subdirector del Instituto de Genética Molecular, Viacheslav Tarantul. A juicio del científico, el futuro pertenece a estas células. Su empleo ayudará, a propósito, a despejar una serie de problemas éticos. Uno de ellos es el empleo de embriones humanos. En contra de las manipulaciones biomédicas se pronuncia severamente una parte de la sociedad y la iglesia, a juicio de la que, el embrión es ya un ser humano. En la Iglesia Ortodoxa rusa consideran que la moratoria de su empleo debe estar consignada en la ley.
Son tantas las posibilidades de empleo de las tecnologías celulares que difícilmente puedan ser reguladas solo con una ley, considera Artur Isaiev:

—No es bueno aprobar el proyecto de ley que hoy existe. Y ello porque abarca esferas estrechas vinculadas a las tecnologías celulares. Además que no están las exigencias a los laboratorios, a los productos y a los donantes. Primero es necesario elaborarlas.
En la redacción de la ley sobre los productos celulares cabría prestar atención en los modelos extranjeros. Por lo demás, y ellos no son perfectos. Por ejemplo, en EEUU, el permiso solo para una investigación toma a veces tres años. Este plazo sería explicable si se tratase de un peritaje médico o de pruebas clínicas, Pero, aquí se trata solo de escollos burocráticos. Y en el hecho que, “en muchos países, las células madre siguen siendo una piedra de toque”, señala Artur Isaiev. A su juicio, Gran Bretaña sirve de ejemplo de una política racional con respecto a las tecnologías celulares. Pues allí, los especialistas explican pacientemente a la sociedad el sentido de su aplicación.
La ministra Veronica Skvortzova señaló que, como sea, el proyecto de ley sobre tratamiento de productos celulares “está prácticamente redactado para su presentación al legislativo”. Todo parece indicar que, el Ministerio de Salud se propone, ya próximamente, crear una base normativa para la biomedicina en general. Las esperanzas cifradas en el sector son demasiado grandes y esto justifica todos los esfuerzos para acelerar su desarrollo.

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