Las
hormigas machos que dominan en su hormiguero inspeccionan con
regularidad los huevos que depositan las hembras y señalan con un
compuesto químico a insectos recién nacidos, lo que sirve de señal a
hormigas “obreras” para que los eliminen, según biólogos austríacos.
Las colonias de las hormigas están compuestas por varias castas,
cuyos miembros ejercen diferentes funciones. Los “obreros” cuidan de la
prole y buscan sustento para la colonia, mientras los “soldados” la
protegen.
Un grupo de científicos de Austria decidió estudiar el comportamiento
de hormigas Cardiocondyla obscurior en un hormiguero artificial.
Los biólogos llegaron a la conclusión de que en cada colonia suele
haber un macho dominante que vigila su territorio sin permitir que
nazcan otros machos.
Para conseguir ese objetivo, los machos dominantes muerden los huevos
que pueden albergar a sus futuros rivales, con muy escaso margen de
error.
En todo caso, si el insecto sobrevive esa etapa y llega a nacer, los
machos dominantes tratan de hacer lo posible para destruirlo durante los
primeros dos días de su vida.
Para ello, lo marcan con un compuesto que lo convierte en “agresor” a
ojos de hormigas obreras, acelerando, asimismo, su eliminación. También
pueden encargarse ellos mismos de la liquidación del futuro rival, al
que atraviesan mordiendo.
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