Finlandia debe ser declarada país
peligroso para la vida de las familias extranjeras con hijos. El
defensor del menor en Rusia, Pável Astájov, piensa hacer entrega del
informe correspondiente al presidente ruso Vladímir Putin.
La víspera se supo que los
servicios sociales finlandeses le quitaron a la rusa Anastasia
Zavgorodniaya cuatro hijos, uno de los cuales ni siquiera tiene dos
semanas de vida.
La familia de Anastasia empezó a ser
sospechada de violencia doméstica, cuando Verónica, la hija mayor de
seis años, ciudadana rusa, dijo en la escuela que el papá le dio una
palmada en el trasero. La maestra de la niña llamó inmediatamente por
teléfono al servicio social y entonces la policía envió a un asilo a
Verónica y sus hermanos mellizos de dos años. La propia Anastasia fue
puesta bajo arresto, a pesar de que estaba embarazada. Al cabo de una
semana dio a luz y varios días después le quitaron el bebé. A Anastasia y
a su marido, que es ciudadano finlandés nacido en Sudán, nada le
informan del destino de los niños, igual que a los empleados del
Consulado de Rusia. No se trata del primer caso en que Finlandia se
niega a colaborar, subraya el ombudsman, Pável Astájov.
—A
nivel estatal estamos obligados a manifestar nuestra protesta por el
hecho de que Finlandia rechaza de forma consecuente todas las propuestas
a nivel político y a nivel diplomático para instrumentar mecanismos
bilaterales entre los dos países. Este nuevo caso de sustracción de los
hijos de la familia prueba que las autoridades finesas siguen en lo
mismo, no piensan revisar su actitud y continúan esta práctica negativa.
Este problema se vuelve un asunto político.
La
historia de los hijos de Zargorodniaya, dista mucho de ser el primer
caso en que en Finlandia destruyen las familias de rusos. Antón, el hijo
de Rimma Salonen, ha sido sustraído por su padre finés y sacado de
Rusia en el maletero de un coche diplomático; Robert Rantala, de siete
años, regularmente se escapaba del asilo porque no le permitían verse
con sus padres; Yulia Putkonen fue separada de su mamá, porque no le
permitía comer dulces antes del almuerzo. Todo esto se parece a un
enseñamiento contra las mamás rusas, estima el defensor de los derechos
humanos y presidente del Comité Antifascista de Finlandia, Johan Bekman:
—Hace
mucho tiempo que hemos advertido que en Finlandia se está desarrollando
cierta campaña política contra las madres rusas y los niños rusos. Los
ejemplos son muchos. Lamentablemente la situación no mejora, es todo lo
contrario. En nuestro país hay actualmente miles de familias
ruso-finesas con hijos. Pienso que Finlandia debe entablar un diálogo
inmediato con Rusia, para discutir estos problemas y solucionarlos.
Estas
cuestiones hay que resolverlas con urgencia. La sustracción de niños
sin formación de causa y después los meses de trámites afectan
seriamente la psique infantil, recalca la consejera de la Dirección para
los Derechos del Menor en Rusia, Irina Víjrova:
—Lo
principal es no causar daño a los niños. Si por parte de los
progenitores no tuvieron lugar actos improcedentes con respecto a los
hijos, estos deben ser devueltos de inmediato a la familia. En ningún
caso se debe dilatar la vista de la causa durante meses y menos aún
durante años, como suele ocurrir, porque semejante proceder de las
autoridades hace padecer moralmente a los niños.
La
propia Anastasia Zavrogodnaya dijo que con su marido ya decidieron que,
tan pronto les devuelvan a los niños, abandonarán Finlandia e irán a
vivir a Rusia.
mj/mo/ap
Natalia Kovalenko / http://spanish.ruvr.ru
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