jueves, 8 de noviembre de 2012

El Apocalipsis terrestre y la estrategia de la salvación


 
 
2012 июль коллаж конец света

 
Los seres vivientes en la Tierra desaparecerán del todo dentro de dos mil ochocientos millones de años, como consecuencia de una canícula insoportable, provocada por el envejecido Astro Rey, el que comenzará a hincharse y a convertirse en un gigante rojo.

Los seres superiores perecerán dentro de mil ochocientos millones de años, de suerte que, en el tiempo restante quedarán con vida solo las bacterias que habitarán embalses de salmueras ardientes en cavernas. Aunque, más tarde correrán la misma suerte que todos.
Tal es la previsión que científicos británicos ofrecieron, por primera vez, con una cronología de la extinción de las especies terrestres. Los británicos imitaron el crecimiento de las temperaturas no solo a partir de la luminosidad del Sol, sino también del cambio de los parámetros de la órbita terrestre.
Los astrónomos saben que las estrellas, similares al Sol, se tornan gigantes rojos, y no existen razones para suponer que vaya a asumir un desarrollo distinto. El Sol, al convertirse en gigante rojo aumentará de dimensión en decenas de veces y su luz adquirirá un matiz rojo. La vida en la Tierra será insoportable mucho antes de que el hinchado astro rey comience a devorar las órbitas de Mercurio y de Venus y, de que en la Tierra se evaporen los océanos. Elena Vorobiova, bióloga de la Universidad Lomonosov de Moscú, concuerda con que las bacterias van a ser los últimos seres de la Tierra, y es que ellas fueron también los primeros:
—Hoy día existen también bacterias que viven en depósitos de agua caliente y de elevado contenido salino incluso. En general, las bacterias son los organismos más resistentes que soportan condiciones fantásticas desde el punto de vista del ser humano. Y es que, nosotros ya sabemos que con ellas comenzó la vida en nuestro planeta, y que ellas justamente ayudaron a crear las condiciones para la aparición posterior de las plantas y de los animales.
A medida que se recalienta la Tierra, el desarrollo de la biósfera experimentará un proceso inverso, desde los organismos más complejos se volverá a los más simples. Es decir, todo el ciclo de la vida en la biosfera se desarrolla en tres períodos: el unicelular, el multicelular, y de vuelta al unicelular. El período medio, favorable para las formas de vida complejas, no es muy prolongado. Es posible que tal esquema sirva también para los sistemas planetarios no solares. De manera que, si algún día nos topamos con la vida no terrestre, lo más probable es que tenga su base en bacterias.
Resumiendo, los seres más simples vivirán más que todos en la Tierra. Pero, ¿qué puede hacer en tal caso la humanidad? Es posible trasladarse a Marte, prosigue Elena Borobiova:
—En Marte existen reservas de agua en la criosfera. El agua pasará al estado líquido con el calentamiento; Marte comenzará a “animarse”. Es probable que se convierta en un lugar de salvación para la humanidad, si las condiciones en la Tierra van a ser del todo insoportables
El astrofísico Dmitri Vibe del Instituto de Astronomía de la Academia Nacional de Ciencias concuerda, pero con algunas salvedades:
—A medida que se ensancha el Sol, las condiciones en Marte pueden llegar a ser más cercanas a los terrestres. Pero, resulta difícil afirmar que, el derretimiento del agua congelada lleve a la aparición de una atmosfera confortable para nosotros. Existe la esperanza que, en un tramo corto de tiempo Marte resulte más apto para ser habitado.
Más adelante, habrá que trasladarse también de Marte. Para entonces serán estudiados planetas en otras galaxias. Los interlocutores de La Voz de Rusia subrayan sin pestañear que en más de algún lugar las condiciones serán con seguridad aptas para las personas. Ellos concuerdan en general con las ideas de los colegas británicos sobre el destino de las especies terrestres, aunque no ocultan su escepticismo con respecto a la cronología y a las cifras propuestas.
Resulta que los procesos en la Tierra serán determinados no solo por el crecimiento de la luminosidad del astro rey, o por el cambio de los parámetros de la órbita terrestre, sino por el hecho de como reaccionarán a ellos la atmósfera y la biósfera de la Tierra. Resulta muy difícil predecirlo, razón por la que la ciencia contemporánea no es por ahora capaz de prever los plazos del paso de una forma de biósfera a otra. Ni menos con la precisión de una décima parte de mil millones de años.

sb/as
Borís Pavlishev / http://spanish.ruvr.ru

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