El problema de la resistencia de los
microorganismos a los antibióticos es uno de los mayores problemas de la
medicina de nuestros días. Con la aparición de los antibióticos en los
años cuarenta del siglo pasado, los médicos creyeron haber encontrado un
medio seguro para la lucha contra las infecciones. Sin embargo, poco
tiempo después se aclaró que las bacterias sortean exitosamente la
barrera medicinal: mutan y se hacen invulnerables para los fármacos
conocidos. Se ha emprendido la búsqueda de nuevas vías para combatir los
agentes morbíficos.
Los científicos de la Universidad
de Pensilvania tomaron como base el descubrimiento hecho por el líder
del grupo Kenneth Keiler aún en 1966. Entonces había detectado un
mecanismo de defensa en el proceso de biosíntesis de proteínas, antes
desconocido y propio de las bacterias. Desde entonces Keiler y su equipo
se dedicaron a la búsqueda de moléculas capaces de “romper” esa defensa
y de esa manera detener la producción de proteínas bacterianas. Tras
probar en un bacilo intestinal seiscientas sesenta y tres mil moléculas
diferentes, los científicos escogieron cuarenta y seis, que resultaron
ser cien veces más efectivas contra las micobacterias tuberculosas y
asimismo capaces de destruir los agentes morbíficos del carbunco y la
disentería.
Entretanto, los expertos consideran
prematura hacer tales declaraciones solo sobre la base de las pruebas de
laboratorio. El profesor de la cátedra de terapia hospitalaria de la
Academia de Medicina Séchenov de Moscú, Serguéi Yákovlev, dice:
–Todos
los anteriores intentos de crear tales compuestos, lamentablemente,
terminaban en fase de las investigaciones experimentales. El enfoque es
potencialmente interesante. Pero todo depende de si podrán encontrar un
compuesto, en primer lugar, no tóxico para el hombre y, en segundo
lugar, que posea realmente actividad antimicrobiana en cepas clínicas y
no simplemente en los experimentos en células. En caso de que se logre,
entonces se podrá hablar de cierta perspectiva.
Pero
incluso entonces no se podrá afirmar que las bacterias no pueden
revelar estabilidad. Ya han evidenciado su resistencia y astucia.
Comúnmente transcurren varios años y con la resistencia al preparado
empiezan a surgir problemas, afirma el catedrático de Enfermedades
Internas de la Universidad Estatal de Medicina de Novosibirsk, Vladislav
Mitrojin:
–Se
requieren investigaciones clínicas de estos antibióticos. Cuando
obtengamos los resultados de las investigaciones de la efectividad
clínica, entonces se podrá decir cuán efectivos son los nuevos
mecanismos de acción del preparado. De momento no hay resultados. Pero
el hecho de que hay alguno nuevo de por sí es grato, porque la cantidad
de antibióticos que se elaboran en los últimos años ha caído
considerablemente.
Diremos que se trata del
segundo anuncio sobre el descubrimiento de un nuevo tipo de antibiótico
en los últimos tiempos. En abril, científicos de la Universidad de
Rosckefeller en Nueva York informaron sobre la creación de un nuevo
antibiótico, que no produce adicción.
Foto: RIA Novosti
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