Científicos del Observatorio Astrofísico Especial de la Academia de
Ciencias de Rusia (SAO RAN, por sus siglas en ruso), ubicado en
Karacháevo-Cherkesia, encontraron un agujero negro fuera de lo común en
el borde del Universo.
El descomunal tamaño de este agujero negro logró despertar
la imaginación incluso de los astrofísicos más moderados, pues la masa de este
gigante a diez mil millones de veces a la masa de nuestro sol. Esta
monstruosidad cósmica se encuentra justo en el centro de la radiogalaxia RC
J0311 0507, que a su vez también fue descubierta por los científicos de este
observatorio ruso.
El agujero negro recién descubierto posee una potencia extraordinariamente grande. La
radiación que emite este agujero negro es millones de veces mayor que la de las
galaxias normales como, por ejemplo, la nuestra, la Vía Láctea.
“Las características físicas del agujero negro supermasivo
descubierto en la constelación de Cetus lo colocan en la categoría de objetos
únicos del universo temprano”, explicó Olga Zhelenkova, doctora en Ciencias
Físico Matemáticas, investigadora titular del SAO RAN.
“El estudio de esta clase de objetos nos ofrece la
posibilidad de formar una idea sobre el origen y la evolución del universo, y
nos permite entender mejor cómo se originan los enormes sistemas estelares y,
de este modo, también la génesis del mundo que nos rodea.
En términos de lejanía, la radiogalaxia descubierta por los
científicos rusos se ha convertido en el segundo objeto astronómico de este
tipo más alejado de nuestra galaxia. La distancia hasta él es de 12.300
millones de años luz.
Se formó cuando el universo tenía poco más de 1.000 millones
de años: es decir, en su más tierna infancia, según la escala cósmica. El
récord de lejanía lo ostenta la galaxia descubierta en 1999 por astrónomos
europeos. Según los expertos, la luz de esta galaxia tardó más de 12.500
millones de años en llegar hasta nosotros.
El reciente descubrimiento de los científicos rusos ha
despertado un vivo debate en el mundo científico. Los astrofísicos discuten
sobre cómo semejantes objetos masivos pudieron haberse formado en los albores del
tiempo.
Anteriormente, se creía que a una distancia de 12.000 hasta
13.000 millones de años luz este tipo de gigantes no existía. Según una de las
hipótesis, estos objetos son el resultado de la fusión de unos cuantos agujeros
negros increíblemente enormes.
En cualquier caso, el proceso de la formación de objetos de
gran masa en las primeras etapas del universo sigue siendo un misterio para los
astrofísicos. Téngase en cuenta, que hasta el momento el número de
radiogalaxias conocidas que estén tan alejadas de la nuestra y que posean una
potencia tan enorme, no supera una
decena. Por lo tanto, la investigación científica continúa.
“Encontrar un objeto similar es como encontrar una aguja en
un pajar. Entre un millar de galaxias se encuentra una sola radiogalaxia, y
entre ellas son muy poco frecuentes los objetos caracterizados por poseer tal
súper potencia (uno entre un millón de galaxias)”, comentó Olga
Zhelenkova.
En busca de radiogalaxias
El descubrimiento del agujero negro tuvo lugar en el marco
del proyecto El Gran Trío. Éste es el nombre del programa dedicado a la
búsqueda de radiogalaxias lejanas, que se está desarrollando bajo la dirección
del académico de la Academia de Ciencias de Rusia, Yuri Pariski. El estudio se
realizó a través de tres instrumentos astronómicos importantes: el
radiotelescopio RATAN 600, el telescopio óptico BTA (ambos situados en
Karacháevo-Cherkesia), y el radiointerferómetro estadounidense VLA (que
consiste en 27 antenas de 25 metros de diámetro, instaladas en el desierto de
Nuevo México).
En el proceso de las observaciones espectrales, Alexander
Kopilov, investigador titular de la SAO RAN, logró determinar la distancia que
hay hasta la nueva radiogalaxia.
Más tarde, el estudio de estos objetos astrofísicos continuó
con la ayuda del interferómetro británico MERLIN (que consiste en una red de
radiotelescopios, colocados a una distancia de 200 kilómetros entre sí). Como
resultado, se logró especificar la estructura de la fuente de las ondas de
radio. Sin embargo, incluso estos dispositivos tan avanzados demostraron ser
insuficientes para un análisis detallado. Por lo tanto, se han unido al
proyecto en cuestión astrónomos del Reino Unido y de los Países Bajos que
trabajan con un radiointerferómetro que engloba el MERLIN y radiotelescopios
situados en Effelsberg (Alemania), Vesterborge (Países Bajos), Onsale (Suecia),
Medicina (Italia) y Torun (Polonia).
Otro telescopio británico estudiaba la radiogalaxia en un
espectro de luz infrarroja. Comparando los resultados de las
observaciones de
radio y de luz infrarroja, fue posible aclarar la masa de un agujero
negro supermasivo, que resultó superar en 10 mil millones de veces a
la masa del sol.
Noticia publicada originalmente en ruso en Rossíyskaya Gazeta.
http://rusiahoy.com
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