Un nuevo estudio cambia nuestra visión sobre las enanas blancas,
'cadáveres' estelares que podrían albergar vida, según los científicos
Hasta ahora las enanas blancas y sus sistemas estelares eran
considerados los menos favorables para encender la chispa de vida debido
a que reciben más radiación ultravioleta y a su inestabilidad, algo que
ahora cuestiona un nuevo estudio.
Según un estudio del físico Luca Fossati, de la Universidad Abierta de
Londres, la enana blanca, ‘cadáver’ de una gigante roja (estrella que
está a punto de agotar su combustible) es, de hecho, más estable que las
estrellas como nuestro Sol.
Ya se sabe que dentro de mil millones de años la vida en la Tierra será
insoportable, ya que nuestro planeta se quemará tras el drástico aumento
en volumen y luminosidad de nuestro Sol (en un 20%), que para entonces
habrá empezado a consumir todo su hidrógeno, convirtiéndose en una
gigante roja más.
Por contra, las enanas blancas, núcleos de gigantes rojas, son más
estables, ya que se enfrían (pierden luminosidad) muy lentamente debido a
su gran densidad, según indica el estudio. Además, forman el centro de
una nueva nebulosidad, generada tras la muerte del coloso rojizo, un
lugar donde, en teoría, pueden surgir planetas.
Según los cálculos del científico, si un planeta se forma a una
distancia de 0,01 unidades astronómicas, en la zona de habitabilidad
estelar el nuevo cuerpo contará con unos ocho mil millones de años para
desarrollarse. Por su parte, la Tierra permanece en una zona habitable
durante 4.500 millones de años, es decir, que la vecindad con una enana
blanca parece a priori beneficiosa para la posible aparición de la vida.
Imagen: wikipedia.org
(Comparación de tamaños entre la enana blanca
(centro abajo), una estrella de clase espectral A (izquierda) y el Sol
(derecha)
Esta nueva hipótesis ha suscitado polémica, ya que muchos científicos
dudan que un planeta pueda sobrevivir o albergar vida tan cerca de una
estrella, debido a las dosis letales de radiación que reciben. Sin
embargo los cálculos de Fossati demostraron que la superficie del
planeta acumula 1,65 más radiación ultravioleta que la Tierra. Es decir,
una dosis “moderada” desde el punto de vista astrobiológico, lo que
podría fomentar la generación de ozono en la capas atmosféricas del
planeta, fenómeno favorable para el desarrollo de la vida.
De gigante gaseoso a una nueva Tierra
Otra cuestión que permanece en el aire es saber qué tipo de planeta
podría llegar a estar tan cerca de la enana blanca, ya que los cuerpos
celestes más pequeños, como la Tierra o Venus, serían tragados por la
gigante roja.
Sin embargo, los científicos creen en ‘la migración’ de los planetas.
Según esta idea los planetas pueden cambiar su posición en el sistema
estelar, y de este modo los supervivientes del ‘apocalipsis rojizo’ -los
restos de gigantes gaseosos- podrían acercarse a la zona y convertirse
en una nueva Tierra. Aún así, este tipo de planetas serán extremadamente
difíciles de encontrar debido a la menor luminosidad de la enana
blanca.
nasa.gov
http://actualidad.rt.com
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