El más mínimo movimiento de la pelvis le permite alcanzar el clímax de
placer sexual.
Experimentar aunque sea un sólo orgasmo al día podría parecer algo
envidiable para muchas mujeres, aunque no para la enfermera británica
Kim Ramsey, que sufre al menos 100 orgasmos al día. "Algunas mujeres se
preguntan cómo tener un orgasmo. Yo me pregunto cómo detenerlos", se
lamenta.
Kim padece un trastorno que hace que el más mínimo movimiento de la
pelvis, en un tren, en un coche, o haciendo las tareas domésticas,
desencadene un orgasmo, incluso sin pensar en sexo.
Tal cantidad de
clímax la deja exhausta, dolorida y le impide tener una relación sexual
normal.
El procedimiento se conoce como trastorno de excitación genital
permanente (TEGP) o Sindrome de Excitación Sexual Persistente (PSAS).
Los médicos coinciden en que este síndrome incurable le sobrevino tras
un accidente que sufrió en 2001, cuando se cayó por unas escaleras. La
caída pudo causar un quiste en su columna vertebral, justo en el punto
donde se origina el orgasmo de la mujer.
La mujer fue consciente por primera vez de este trastorno en 2008,
mientras mantenía relaciones con su pareja y tuvo orgasmos constantes
durante cuatro días. "Me ponía en cuclillas, respiraba profundamente, me
senté sobre guisantes congelados, pero los orgasmos y la excitación
sexual continuaron durante 36 horas. El dolor y el cansancio fueron
insoportable", contó Kim.
"Muchos hombres y mujeres no lo entienden. Piensan que es una bendición
y, créeme, no lo es", asegura. "Algunas mujeres se preguntan cómo tener
un orgasmo. Yo me pregunto cómo detenerlos", agregó.
rt.com
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