© Foto: SXC.hu
|
La ingestión de antibióticos desde edad temprana puede provocar obesidad en los niños.
Tal es la conclusión a que han
llegado científicos de la Universidad de Nueva York. Entretanto, en
Occidente de por sí la epidemia de obesidad infantil cobra cada vez
mayor difusión por la afición a la comida rápida. Y el consumo excesivo
de antibióticos, al que el cabildeo farmacéutico acostumbra al mundo,
puede acarrear consecuencias más graves.
La epidemia
de obesidad infantil hace mucho ya que preocupa a los médicos. En Gran
Bretaña y en el sur de Europa no menos de una tercera parte de los niños
y en EEUU – una cuarta parte, padecen obesidad. Hasta no hace mucho los
médicos culpaban de ello a las comidas rápidas de alto contenido
calórico y a las gaseosas, que favorecen la formación de grasa. Ahora
los médicos culpan más que nada a las medicinas. Muchos consideran que
una de las razones del sobrepeso de los niños es la ingesta abusiva de
antibióticos.
Los científicos de la Universidad de
Nueva York chequearon a esa categoría de niños nacidos en Gran Bretaña a
principios de los noventa. Resultó ser que aquellos a los que se
prescribían antibióticos en los primeros meses de la vida, el riesgo de
obesidad aumentaba en un 22%. Lo más probable es que ello se deba a que
la ingestión de antibióticos altera la microflora del intestino, que en
muy sensible en los niños. Pero el consumo abusivo de medios
antibacterianos produce un gran desequilibrio de los microorganismos
beneficiosos y patógenos, lo cual deja sus secuelas – dice la pediatra y
profesora de la Universidad de Medicina de los Urales, Oxana Osipenko:
—La
ingesta indebida de fármacos altera el sistema inmunitario. Esto incide
a su vez en el metabolismo, en la mala asimilación de los productos. Se
alteran los procesos de absorción y digestión de los microelementos
nutritivos. Es posible que la obesidad también se deba a los efectos
colaterales del propio remedio antibacteriano.
Pero
los científicos de Nueva York estudiaron los historiales médicos de
hace veinte años. Así las cosas, entonces la ingestión de antibióticos
era mucho menor que ahora. En síntesis, los médicos trataban de
prescribirlos en caso de suma necesidad, contra las complicaciones
bacterianas.
En los últimos años los médicos de todo
el mundo están tan entusiasmados con los antibióticos, que los recetan
cada vez con mayor frecuencia y sin motivos evidentes. Por ejemplo, en
caso de una simple elevación de la temperatura – dice el médico
moscovita Andréi Ufímtsev, o cuando la persona no padece una infección
bacteriana, sino viral, contra la cual los antibióticos son totalmente
inefectivos.
—Se
trata de un lamentablemente flagelo. En Rusia también se observa
semejante tendencia de ingesta abusiva de antibióticos y además
drásticos y de amplio espectro en los casos de resfríos banales. Es
injustificado, aunque se hace por prescripción de los propios médicos.
Sabido
es que los fabricantes de medicinas, que persiguen sus propios
intereses, ejercen presión sobre los médicos. Y como resultado sufren
los pacientes: tiene lugar una “hipercorrección”, una prescripción de
fármacos innecesarios. En Rusia, donde la gente, por las colas en las
policlínicas, con frecuencia se dedica a la automedicación, los
farmaceutas asumen el papel de “doctores”. Ellos pueden aconsejar a los
clientes cualquier cosa y vender libremente los remedios, que se venden
con receta – dice la “Médica del año 2011”, la endocrinóloga de
Vladivostok, Alexandra Mujótina:
—La
agresión farmacéutica que tiene lugar entorpece el tratamiento, porque
se observa una recomendación infundada no solo de terapia
antibacteriana, sino incluso de preparados hormonales. Estos no deben
ser vendidos al paciente sin prescripción médica, sin receta.
Seguramente a las farmacias les resulta muy beneficioso, ellas existen
gracias a las ventas.
A consecuencia de
semejante expansión farmacéutica los pacientes pueden contraer problemas
más serios que la obesidad. Se trata de la resistencia a los
antibióticos. En este caso, los remedios ya no pueden matar las
bacterias perjudiciales, entre las cuales pueden estar los banales
estafilococos, el bacilo de Koch, el agente de la tuberculosis. No es el
primer año que los médicos hacen saltar las alarmas – señala la
vicedirectora de la Oficina rusa de la Organización Mundial de la Salud,
Tatiana Kolpakova:
—Ahora
la resistencia antibiótica creció tanto que el problema fue planteado y
se discute al más alto nivel: en la Asamblea Mundial de la Salud. ¿Por
qué? Porque la velocidad con que las medicinas pierden su efectividad,
supera considerablemente los ritmos de elaboración de nuevos
medicamentos.
Los expertos coinciden en opinar
que una cantidad suficiente de nuevos antibióticos efectivos no
aparecerá ni hoy ni mañana. Y si no se lucha contra el consumo
inmotivado de antibióticos de gran difusión, la gente con gran trabajo
podrá curarse de las enfermedades que no hace mucho se sometían
perfectamente a la terapia.
Olga Sobolévskaia / http://spanish.ruvr.ru/
No hay comentarios:
Publicar un comentario