La humanidad no está preparada para afrontar una tormenta solar de gran magnitud
y el guión apocalíptico que describe a todo el planeta sumido en la
oscuridad es bastante probable, según Mike Hapgoog, un científico
británico del Laboratorio Rutherford Appleton que se ocupa de los
pronósticos del “tiempo espacial”.
Aunque gran parte de los equipos electrónicos modernos y los aparatos
espaciales que se encuentran en la órbita terrestre se diseñaron para
resistir a las tormentas geomagnéticas producidas por las explosiones en
el Sol, no hay garantía de que el día menos pensado todos estos equipos dejen de funcionar.
Una intensa tormenta geomagnética
puede provocar un apagón global. El más reciente incidente de este tipo
tuvo lugar en 1989 en Quebec, Canadá. Se necesitaron tan solo 90
segundos para que toda la red eléctrica de Quebec quedase inoperativa.
El apagón, que duró nueve horas afectó a seis millones de personas y
costó 2.000 millones de dólares canadienses.
Asimismo se registraron numerosos fallos en la comunicación con los
aparatos espaciales. El Comando de Defensa Aeroespacial de EE. UU., que
tiene radares que están rastreando todos los objetos en el espacio,
reportó que ´había perdido de vista´ a 1.600 unidades. Las volvió a
localizar solo unos días después.
Los fallos de la comunicación representan hoy en día una gran amenaza,
señala el científico británico. Las tormentas geomagnéticas provocan
grandes alteraciones en las capas superiores de la atmósfera, lo que
puede afectar, por ejemplo, al sistema GPS (sistema de posicionamiento
global) que usamos a diario a través de los teléfonos móviles, en
transacciones financieras, en sistemas de seguridad de la navegación,
etc.
Asimismo las tormentas pueden interferir en las comunicaciones de los
vuelos transatlánticos. Si esto pasa, podría repetirse el colapso del
tráfico aéreo de 2010 causado por la erupción del volcán islandés Eyjafjallajokull.
Aunque no podamos prevenir las tormentas solares, sí podemos tratar de
disminuir los efectos nocivos que estas producen en la vida de los
habitantes de nuestro planeta, apunta el científico. Para esto hay que
tener siempre en mente este fenómeno espacial a la hora de diseñar los
aparatos electrónicos y otros dispositivos que puedan verse afectados
por las tormentas solares.
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