El
consumo de insectos podría contribuir a la lucha global contra el
hambre y reducir la contaminación, según un informe publicado por la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO).
El documento señala que al menos 2.000 millones de personas a lo
largo del mundo comen regularmente insectos y que diversos estudios
definen como comestibles 1.900especies de insectos. Sin embargo, la
“repulsa del consumidor” en muchos países occidentales sigue siendo un
obstáculo para fomentar tales prácticas.
“Los insectos están en todas partes, se reproducen rápidamente,
tienen altos índices de crecimiento y transformación del alimento, así
como bajo impacto medioambiental”, consta en el informe. Son nutritivos,
contienen mucha proteína, grasas y elementos minerales.
Expertos de la FAO destacan que las avispas, los escarabajos y otros
insectos son “subutilizados” como alimento y pienso, y que el cultivo de
insectos podría ser una de las opciones para incrementar la seguridad
alimentaria.
© flickr.com/ shearwater
http://sp.rian.ru
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