lunes, 29 de abril de 2013

Crean «minihígados» en el laboratorio a partir de células madre de la placenta

 

Crean «minihígados» en el laboratorio a partir de células madre de la placenta

Investigadores del 12 de Octubre creen que podrían servir como puente, a la espera de un hígado de donante

La placenta, un tejido despreciado en las maternidades de todo el mundo, podría dejar de ser un tejido de desecho para convertirse en una rica fuente de células madre con potencial terapéutico. Esa es la apuesta de un equipo de investigadores españoles del Hospital 12 de Octubre de Madrid que han demostrado en el laboratorio la capacidad de estas células para regenerar el hígado. Si se confirman los resultados, se podría contar con un tratamiento alternativo al trasplante hepático o, al menos, como una solución «puente» para enfermos en lista de espera hasta que llegue el órgano compatible. Podrían beneficiarse desde pacientes con cirrosis a afectados por cáncer de hígado.
De momento, el papel regenerador de estas células adultas en el hígado está en una fase muy preliminar, pero con resultados muy esperanzadores. La apuesta del grupo de Medicina Regenerativa del Instituto de Investigación del 12 de Octubre consiste en generar en el laboratorio unos hígados en miniatura, a partir de las células extraídas de la placenta. Estas células son mesenquimales, como las de la médula ósea, y tienen capacidad para convertirse en casi cualquier órgano o tejido humano. Pero su mayor ventaja es que se obtienen de una forma incruenta, sin extraer con una punción la médula. Basta con recogerlas de las miles de placentas que se desechan cada día. Y además no generan rechazo al trasplantarlas y son células madre adultas que no generan ningún conflicto ético. Son, por tanto, casi perfectas para utilizarlas en terapias.
Los investigadores cultivaron las células en un medio con proteínas que de forma natural están presentes en el hígado. Así lograron transformarlas en hepatocitos, las células que constituyen el 80% de la población celular del tejido hepático. Después los hepatocitos formaron lo que denominan una hepatosfera, una estructura similar a un minihígado de apenas medio centímetro de grosor.

Como un hígado funcional

Ese «minihígado» fue injertado en ratas a las que se les había seccionado el 80% del órgano y sólo tenían un 20% funcionando, como si fueran pacientes con cáncer a los que se les hubiera extirpado casi todo el hígado enfermo. Los resultados fueron sorprendentes y animan a seguir avanzando. «La estructura produce albúmina, como un hígado funcional. En el futuro podemos pensar que nos ayudará a mantener con vida a pacientes en lista de espera para trasplante y mejorar el injerto o incluso regenerar el hígado sin necesitar un trasplante», explicó a ABC Ana Isabel Flores, del grupo de investigación del hospital madrileño.
Las hepatoesferas también pueden convertirse en el banco de pruebas perfecto para probar medicamentos y estudiar en vivo su efecto.
Es la primera vez que se demuestra que una estructura biológica como ésta es capaz de desarrollar una función hepática a partir de células madre de placenta. Estos resultados se han publicado en «Cytotherapy», la revista científica de la Sociedad Internacional de Terapia Celular.

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