La
extensión del uso las sencillas pruebas caseras de VIH podría
desacelerar la propagación de la epidemia a escala mundial, según una
investigación de científicos de Canadá publicada en la revista PLoS
Medicine.
Los investigadores consideran que de las dos estrategias posibles
para un test voluntario –realizarlo bajo control médico o de manera
autónoma con la asistencia remota de un especialista– los sujetos se
inclinan por la segunda. Además, prefieren las pruebas orales a las
sanguíneas.
“Estas preferencias en su mayoría se explican por el hecho de que una
prueba oral no requiere la intervención de un médico, es cómoda y fácil
de usar. Muchas personas que realizaron el test solicitaban otro para
su pareja”, afirmó el doctor Nitika Pant Pai de la Universidad McGill de
Quebec.
Las conclusiones se basan en el estudio de la información procedente,
en su gran mayoría, de los países ricos como EEUU, Canadá, España o
Países Bajos. Sin embargo, también se utilizaron datos de Kenia,
Singapur, la India y Malaui.
Cada año 2,5 millones de personas en el mundo contraen el VIH. Según
ONUSIDA, el 50% de seropositivos lo desconocen. Los especialistas
aseguran que los tests caseros que permiten obtener resultados en 20
minutos acompañados de la consulta de un médico representan una
herramienta útil en la lucha contra el virus para el que ya desde hace
30 años los científicos no consiguen desarrollar una vacuna.
© Photo CDC/ C. Goldsmith
RIA Novosti
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