En nuestro sistema solar solo un planeta está bendecido por un océano:
la Tierra. Nuestro mundo es una joya azul comparado con los desiertos de
Mercurio, Venus y Marte. Pero… ¿qué pasaría si nuestro sol no tuviera
uno, sino dos mundos acuáticos en la zona habitable?
Los astrónomos han encontrado dicho sistema planetario orbitando la
estrella Kepler-62.
Este sistema de cinco planetas tiene dos de ellos en
la zona de habitabilidad. Modelos realizados por investigadores del
Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA), sugieren que ambos
planetas son mundos acuáticos, sus superficies están cubiertas por un
océano global sin tierra a la vista.
“Estos planetas no son algo que pueda hallarse en nuestro sistema solar.
Tienen océanos infinitos”, dijo la autora del estudio Lisa Kaltenegger
del Instituto de Astronomía Planck del Cfa. “Podría haber vida allí,
¿pero podría ser una civilización tecnológica como la nuestra? La vida
en estos mundos estaría sería submarina y sin acceso fácil a metales,
electricidad, o fuego para la metalurgia. No obstante, serían fabulosos
planetas azules orbitando una estrella naranja — y quizás la inventiva
de sus habitantes para obtener un estado tecnológico nos sorprendería”.
Kepler-62 es una estrella tipo K un poco menor y más fría que nuestro
Sol.
Los dos mundos acuáticos, designados como Kepler-62e y -62f,
orbitan la estrella cada 122 y 267 días respectivamente.
Kepler-62e es 60% más grande que la Tierra, mientras que -62f es cerca
del 40% más grande, lo que hace a ambos ganarse el apodo de
“supertierras”. Aun así, son muy pequeños para que sus masas puedan ser
medidas, pero los astrónomos especulan con que están compuestos de roca y
agua, sin un envoltura gaseosa significante.
De acuerdo al modelo computacional, como el más caliente de los dos,
Kepler-62e tendría más nubes que la Tierra. El más distante Kepler-62f
necesitaría de un efecto invernadero con mucho dióxido de carbono para
calentarse lo suficiente para tener océanos líquidos. De lo contrario se
volvería un mundo de hielo.
“Kepler-62e probablemente tenga unos cielos nubosos, siendo caliente y
húmedo hasta las regiones polares. Kepler-62f sería más frío, pero
potencialmente amistoso para la vida,” dijo el astrónomo de Harvard y
co-autor Dimitar Sasselov. “La buena noticia es que — los dos mundos
exhiben diferentes colores que hará nuestra búsqueda de signos de vida
mucho más sencilla en un futuro cercano”, agregó.
El descubrimiento pone sobre la mesa la posibilidad que alguna estrella
de nuestra propia galaxia también posea las mismas características,
planetas con océanos y continentes, donde las civilizaciones
tecnológicas avanzadas podrían desarrollarse.
“Imaginen la posibilidad de observar por el telescopio y ver otro mundo
con vida a solo unos millones de kilómetros del tuyo. O tener la
capacidad de viajar de uno a otro frecuentemente. No puedo imaginar una
motivación más poderosa para volverse una sociedad de viajeros
espaciales”, dijo Sasselov.
La investigación de Kaltenegger y Sasselov ha sido aceptada para ser
publicada en The Astrophysical Journal.
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